miércoles, 17 de diciembre de 2014

El elegido

"Se necesita Amanecer para la Tierra. Interesados preguntar aquí"

Todos los planetas, los satélites, incluso estrellas vieron este anuncio en el cielo y llegaron emocionados decididos a conseguir el trabajo.

Se ofrecía:
- Contrato fijo, para siempre
- Horario de domingo a domingo
- Posibilidad de ascenso (el puesto de Atardecer estaba libre)
- Reconocimiento mundial

Todos se apuntaron, así que el día del casting había mucho movimiento.
Los candidatos fueron pasando. El creador observaba y tomaba apuntes.

Habían unos que "amanecían" muy rápido, porque pensaban que si eran los que antes acababan ganarían.

Otros empezaban, paraban, y volvían hacia atrás cada vez que aparecía una nube; lo querían hacer perfecto.

Descartados quedaban los impuntuales y los que brillaban solamente cuando los miraban.


Hasta que apareció el Sol. 

Ya lo conocían por su calor y luz; pero nunca pensaron que estuviera interesado en el puesto. 
El Sol explicó que quería compartir su luz y energía con la Tierra y sus habitantes. 

También dijo que no sabía qué era justamente lo que buscaban, pero él quería intentarlo...

Se puso en posición y comenzó a subir.
Lo hacía a una velocidad imperceptible, constante, sin prisa pero sin pausa. 

Entonces aparecieron las nubes y lo cubrieron. Pero el Sol siguió brillando, y poco a poco fue tiñendo con su luz a las nubes de un rosa intenso. Las nubes, emocionadas se fueron apartando, poco a poco. Formaban un equipo perfecto.

De repente se puso a llover, formaba parte de la prueba...

El Sol no desistió, y siguió brillando desde su centro. Y ante la mirada de todos apareció un hermoso Arco Iris.

Todos se unieron en un aplauso, la emoción los había embargado; ya había un elegido. 

Y desde ese día el Sol es el encargado de Amanecer y Atardecer....



martes, 16 de diciembre de 2014

Íbamos perdidos

Pensábamos que todo iba de competir, de ser mejores. Nos centramos en destacar. 
Pensábamos que todo iba de acumular cosas, cuantas más mejor y cuanto más caras más afortunados seríamos.

Y nos perdimos. Nos perdimos lo básico. Nos enredamos. 
No valoramos lo importante. 

Pensábamos que todo iba de hacer y en realidad iba solamente de ser.

Si hubiéramos sido observadores lo hubiéramos aprendido enseguida, pero íbamos muy rápido.

Esquivamos las miradas, agachamos la cabeza e intentamos no acercarnos mucho. Qué equivocados estamos! Ahí está la mágia! Justo ahí. En el otro.

No perdamos más tiempo! Aguantemos la mirada hasta que esa sensación te recorra el cuerpo.
 
Esa que más o menos expresa: "ese ser vale lo mismo que yo. Lo amo solamente por lo que es, no por lo que tiene, ni por lo que hace. Simplemente lo reconozco. Y soy tan afortunado de verlo. A través de él me reconozco a mi mismo. Ambos partículas de Dios. Gracias."

Ese es el gran sentido de nuestra existencia. Sólo así evolucionaremos. Amando. 

Pensábamos que todo iba de números y estrategias...y sólo iba de Amor.

viernes, 5 de diciembre de 2014

La Mente...

Cuando era pequeña todo lo veía gigante. Los árboles, los parques, las casas... Y no sólo los objetos, también me pasaba con los adultos. No me refiero a su tamaño, que también, sino a sus capacidades. Creían que eran todopoderosos, héroes, capaces de saber cada una de las respuestas a mis preguntas.

Y también recuerdo el día que me di cuenta de no eran tan grandes...

Me invadió una sensación extraña, nueva para mi, entre desilusión y despertar. Como cuando te das cuenta de que los Reyes Magos son los padres. Ya no hay marcha atrás. Hay una parte de ti que se niega a aceptarlo, pero otra sabe que esa es la verdad. Es una verdad que duele, que no gusta. Prefería vivir en el sueño. Y sin quererlo has dado el paso. Tu perspectiva ha cambiado.

Hoy, con 29 años, me pregunto que otras cosas me "creí" que no son verdad. Seguramente hay muchas más. Y, seguramente, ya las intuyo...

Por eso, hace unos años, comencé el camino arduo de poner a prueba las ideas, poner a prueba mis conocimientos. No es un trabajo atractivo, es mas bien molesto. Creo que la dificultad máxima radica en que la herramienta que utilizas para llegar a la verdad es la misma que utilizaste para aceptar el error: la Mente.

La Mente, la gran desconocida, capaz de crear la realidad donde vives, generarte miedos, modificar situaciones para tu beneficio; y sacarte de aquí.

"Si no lo puedes comprobar no existe" dice la Mente. "Necesito pruebas".

Menos mal que ya no confío ciegamente en ella. Sino en algo que no puedo describir, que me da una seguridad incondicional.

Aunque... pensándolo bien, podría ser un recurso más de mi Mente ;)

Libros recomendados:
- 1985, Orwell.
- 1Q85 Haruki Murakami









lunes, 1 de diciembre de 2014

Nosotros marcamos el ritmo

Y me dijo: "Siempre voy muy rápido, no me paro en los detalles. No se si está mal o bien, pero no me siento a gusto"

Respiré hondo y le conté esta historia:

"Había una vez un chico como tú. Su nombre era Juan, y tenía unos 29 años. Ni muy alto ni muy bajo, atractivo pero que podía pasar desapercibido. Inteligente, pero cabezón.

Juan trabajaba para una empresa muy importante; y esta vez le habían encargado uno de esos trabajos que ponen nerviosos a cualquiera. Había fecha límite y unos mínimos que cumplir.
Juan estaba nervioso, muy nervioso.

El trabajo consistía en viajar a una ciudad cercana, hablar con unos clientes y convencerlos de que firmaran un proyecto. Juan debería utilizar todas sus herramientas para traerse de vuelta el proyecto firmado.
Él sabia que era un buen proyecto, y que nadie saldría perjudicado; pero también sabía que uno de sus competidores era un excelente comunicador.

Con todos estos pensamientos esto en su mente se dirigió a la estación. 

No podía concentrarse en nada, su mente iba por libre. Llegó casi inconscientemente a la estación. 
Se subió a un tren. Miró el reloj, 10:45, "voy con tiempo"- pensó; bajó la cortina de la ventana contigua, se puso los cascos y se centró en el dossier que tenía.

Pasado un rato volvió a mirar el reloj: 10:58. 
- ¿Por qué parada vamos caballero?, preguntó a su acompañante.
- Todavía no hemos salido de la estación inicial
- ¡¿Qué?!

Juan se quitó los cascos y observó a su alrededor. Podía ver que su acompañante tenía razón; pero, ¿cómo él no se había dado cuenta?

Apartó el dossier y comenzó a observar como el panel que avisaba las paradas no paraba de repetir las mismas. A pesar de que el tren se moviera, daba la sensación de que el tren iba en círculos. O que estuviera atrapado en un bucle.

Notó que su respiración estaba igual de acelerada que al principio, sus manos igual de frías y sudadas, y esa taquicardia no se reducía.

Entonces, Juan, tomó una decisión: "voy a vivir el ahora", se dijo. No sabía bien bien de dónde había sacado esa idea, pero le vino a su cabeza.

Guardó el dossier en su maletín, guardó el teléfono y levantó la cortina.

Comenzó a respirar con consciencia. Notaba como iba tomando el control de su alrededor.

Se dió cuenta que cuanto más consciente estaba el tren más avanzaba. En el panel comenzaban a aparecer paradas nuevas.

Al mirar por la ventana, era capaz de admirar la belleza del entorno. Los colores parecen más vivos, el brillo del cielo era espectacular.

Sus manos volvían a la normalidad y su corazón respondía a ese estado.

En ese momento, el acompañante le dijo: "Al tomar consciencia de ti, de tus pensamientos, has logrado salir del bucle; el tren, como la vida, avanza a su destino. Llegarás en el momento justo allí donde debas llegar. Así que ahora deja de pre-ocuparte y admira el paisaje. Que tenga buen viaje. Yo me bajo aquí"

Juan sonrió y agradeció el mensaje.

Un sonido familiar le hizo abrir los ojos. El aroma a café lo terminó de despertar...."




lunes, 24 de noviembre de 2014

Gracias Marcel.lí

"Lo que importa es lo de adentro"

Desde pequeña esta frase siempre estaba en mi cabeza. Me la habían repetido tantas veces que yo la había guardado y aceptado como premisa correcta.

El problema, es que hasta hoy, con 29 años, no la había entendido "de verdad".

Al principio pensaba que se trataba de la apariencia de las personas, y creo que ahí empezó un conflicto en mi bastante grande: físico vs espíritu, material vs inmaterial. Creía que la materia era lo de "fuera" y el espíritu lo de "dentro", por lo que "lo importante será el espíritu".

Y no me quedé solamente ahí, sino que me dediqué a atacar a lo material, ya que no era "bueno".

-"Las personas que se arreglan y que cuidan su cuerpo no son lo suficientemente espirituales"
- "El dinero es malo, porque es material"
Y así millones de paranoias que salían a partir de una mala interpretación.....

¡Cuán desencaminada estaba!

Había leído al Principito y su "lo esencial es invisible a los ojos", pero eso no me ayudó a modificar mi idea sino a reforzarla.

Es lo que pasa cuando uno no está abierto a equivocarse. Todo lo que vea, o aprenda, o le digan, simplemente reforzará sus ideas iniciales.
Pruébalo, si en algún momento te encuentras lo suficientemente valiente para poner en dudas tus creencias, tus ideas principales, esas que defiendes a muerte; verás que no había tanta razón, verás que todo es relativo, y que todo depende desde dónde se mire. Es más, puede que veas que todos tienen razón.

Pero bueno, siguiendo con lo antes expuesto, he de comentar que mi idea cambió de fundamento gracias a un niño. Este niño se llama Marcelí y me explicó que le decían friki, (adjetivo que indica excesivo interés en algo que hace que te vuelvas experto pero a su vez "raro" para el resto del grupo).
En el momento que me lo dijo, como yo conozco perfectamente esa palabra, ya que he sido etiquetada con ella varias veces, me reí.
Obviamente a él no le hizo gracia, y me miró dolido.
Una vez pasado el mal trago, me contó que le encantaban las cartas y me invitó a jugar.
En esos pocos segundos que compartimos su pasión, miré sus ojos y pude entender la frase "lo importante es lo de adentro".

Todos tenemos pasiones, tenemos algo que nos encanta, algo que nos enloquece, algo que está "adentro". Eso esta directamente relacionado con nuestra esencia, aquello que realmente somos; y seguramente es lo que la sociedad o el grupo necesita de nosotros, aunque no lo sepan.

Lamentablemente, hay seres que están acostumbrados a poner etiquetas  (loco, raro, friki, gorda, etc) y se quedan ahí, en la superficie.
Es cómo si las etiquetas fueran el límite que ponemos para no entrar en la esencia del otro. Y obviamente, en la superficie no hay nada....

Te invito a que rompas etiquetas y cuándo conozcas a alguien mires directamente a sus ojos, deja que te enamore, deja que te abra su corazón, involúcrate en su pasión y disfruta de ese momento.

Gracias Marcel.lí :)

lunes, 10 de noviembre de 2014

Esto va de tristeza e ira...

Tristeza e Ira

Dos de las tantas emociones que son consecuencia del apego a resultados.
En este grupo también están la impotencia, la frustración y la alegría, entre otras varias.
Hemos sido programados desde pequeños para reaccionar ante algo que no pasa como nosotros queremos. 
Tenemos la creencia que nosotros somos los que creamos todo lo que nos pasa y cuando queremos crear algo, o vivir una situación y esa no sucede, reaccionamos; y, normalmente, lo hacemos de forma negativa. 
Con negativa me refiero a emociones que nos causan dolor, sufrimiento. Aunque no creo que nada sea positivo ni negativo, todo simplemente "es". Es más, podría incluso proponer que si todo nos sirve para aprender, todo se convierte en positivo...pero eso ya sería otro post. 

Sigamos con la tristeza y con la Ira.

¿Cuándo aparecen?

Cuando algo que no me esperaba pasa; da igual el grado de "gravedad" que tenga el suceso, el grado de tristeza o ira dependerá de nosotros. Normalmente ambas se complementan y de la ira se pasa a la tristeza o al revés.

Entonces, ¿cómo hago para no sentirme triste o irascible?

Como comenté antes, no creo que esté mal sentirse triste o irascible, simplemente son emociones que necesitamos experimentar como seres humanos. Lo único importante sería aprender a salirse del bucle.

Normalmente no duran mucho tiempo; están presentes lo justo para ser experimentadas. El problema viene cuando no las aceptamos, las intentamos ocultar o las rechazamos. Ahí es cuando se vuelven mas intensas y perjudican nuestro equilibrio.

Vale, ¿pero qué debo hacer?

Entender que no debemos esperar ni apegarnos al resultado de nada. Simplemente vivir tal cual viene la vida. Y si pasa algo inesperado tomarlo como un cambio de planes al cual nos debemos adaptar porque seguramente tiene un aprendizaje extra. Sin reproches ni dudas, ni miedos; confiando en que la vida nos pone delante situaciones para experimentar y así tener más herramientas para el futuro.

Una vez que has aprendido a desapegarte y dejarte llevar, observarás que los niveles de emociones intensas van disminuyendo. 

Lo que comenzarás a sentir es una nueva sensación, la de Paz. En esta Paz, todo está bien; todo pasa como tiene que pasar, en el momento justo y de la forma adecuada.

Ya no eres tú dentro de esa película, la cual intentabas cambiar constantemente, sino que has logrado salir, verte a ti mismo desde fuera y ahora ya puedes disfrutar de lo que ves.

Resumen: si viene la tristeza o la ira, déjalas ser, acéptalas, siéntelas y luego simplemente comienza a desapegarte de eso que ha causado tales emociones. Obsérvare desde arriba y disfruta del aprendizaje.

Carta abierta a mi abuelo....

Sé que ya no te acuerdas de nada, por eso te he hecho este resumen.
Obviamente no es un resumen objetivo, ni comprobable, ya que son sólo mis recuerdos, o sea que son sólo percepciones mías.
Pero cómo los tuyos ya no están, prefiero que te vayas sabiendo cuánto has influido en mi vida.

Empiezo por el principio....

El primer recuerdo que tengo de ti es tu sonrisa, siempre la tenías. Y cuándo lo hacías tenías un diente característico que siempre me llamaba la atención.
Tu piel era oscura pero tu pelo blanco. Tu perfume muy característico. 
Siempre llevabas camisetas interiores blancas y ajustadas. Era algo que me intrigaba.
Te encantaban los libros de energías raras, esotéricos. Y de tanto tiempo que compartimos juntos me acabaste por contagiar ese placer.
Me hacías pensar, y eso me encantaba.
Me enseñaste a hacer caramelos de miel.
Siempre escuchabas la radio, era tu fiel compañera.
Para dormir me contabas el cuento del conejito blanco, blanco como la nieve, que nunca supe el final porque te dormías antes.
Y cuando hacíamos las siestas roncabas mucho, pero me gustaba porque me sentía acompañada.
Eras cariñoso, muy cariñoso. Y divertido.

Cuando salíamos a caminar, parabas a hablar con cada persona que te cruzabas. Eras muy simpático. Hablaban rato y siempre les ponías una mano en el hombro, en señal de apoyo. 
Si te preguntaban a ti cómo estabas, siempre contestabas: Fuerte y Fornido.
Andabas mucho en bicicleta.

Con el tiempo nos distanciamos, y por eso creo que me siento tan triste. Me perdí.
Pero aún así, estoy contenta, porque me aportaste los valores más importante en la época justa. Fuiste un ejemplo a seguir en varios aspectos, y hoy, si me miro al espejo, aparte de tu nariz, puedo ver esos valores en mi.

Gracias por haber sido el que me amó desde antes de nacer.
Sé que cometiste errores, pero por suerte conmigo ninguno. Fuiste un excelente abuelo. 
Lo único que me molesta es que te vayas antes de que pueda ir a verte.

En fin, ya nos encontraremos en otra dimensión. 
Aunque si te apareces cómo espíritu darías más sentido a todos esos libros que me hiciste leer.

Hasta siempre abuelo Ramón ;)

Soy libre de sentir.

¿Qué pasa cuando alguien muere?
¿O cuando alguien cercano a nosotros está cercano a la muerte?

Instintivamente nos entristecemos, nos da pena.
Y automáticamente esa persona se convierte en buena. Bueno, no para todos. Muchos tienen memoria, y guardan todos aquellos momentos dolorosos en el rincón de los recuerdos. No les parecería justo perdonar solamente porque se estén muriendo.
Creo, sinceramente, que esto no es algo "natural" sino que es algo aprendido.
Aprendemos a ser rencorosos.
Cuando somos niños podemos pelearnos y discutir con algún amigo, incluso nos pueden pegar, pero como somos puros, el enfado nos dura el tiempo necesario. En nuestra niñez no existe la venganza. De pequeños no somos justicieros.
Eso lo aprendimos. Nos lo han enseñado.

Ahora "sabemos" lo que está bien y lo que está mal. Somos "justos". No perdonamos, guardamos y echamos en cara. Esto es mucho más serio y real.

Por suerte, hemos aprendido a discernir. Y, nos dimos cuenta que el dolor, el rencor nos hace mal.
El cuerpo es sabio, y si hay mucho rencor dentro te enfermas. Tu cuerpo sabe perfectamente que el rencor es tóxico. Porque no es natural. Es lo más artificial que existe.

Y si todavía piensas en alguien con rencor, al que te es imposible perdonar te propongo un ejercicio.
Imagínate que estás en un cine; y que en la pantalla están proyectando la película de la vida de esa persona que tanto te molesta.
Tu simplemente eres el espectador.
De repente la película se para en el momento que tanto daño te hizo. Observa cómo te sientes.
Ahora, automáticamente, esa película empieza a retroceder, y te lleva a otra parte de su vida, en la que seguramente esa persona (que tanto te lastimó) te aportó amor y comprensión. En el caso de que no exista este momento, se parará en un momento de simple simpatía.

Esa película sigue proyectándose hacia atrás. Y puedes ver cómo esa persona también fue un niño, que cómo tu aprendió de sus mayores, de sus experiencias. Observa que esa persona absorbió ciertas creencias que ahora pueden perjudicarle. Pero cómo era un niño las aceptó sin rechistar.

La película llega a su fin en el momento que ves como ese ser humano nace. Qué sorpresa! También fue un bebé. Es muy difícil que todavía sigas teniendo odio hacia un bebé...

En el caso que el dolor sea muy grande. Lleva el foco de tu atención a ti. Piensa en una vez que hayas actuado mal. Pregúntate por qué lo hiciste y para qué. ¿Desde antes tenías la predisposición de lastimar? ¿O simplemente no mediste las consecuencias de tus actos?

Se sincero contigo mismo. Perdonar a los demás es perdonarse a si mismo. Entender que no ha habido pecado. Que todos somos capaces de cometer errores. Y que el mejor peso que te puedes quitar de encima es el del rencor.

Yo soy libre de sentir, libre de actuar y libre de pensar.
Yo decido perdonar.
Decido sentirme libre y amar más allá del dolor.

Por eso, hoy, que tengo una persona muy amada que está llegando al fin de su camino en la Tierra recordaré cada uno de esos momentos que me aportaron amor. Proyectaré la película y pondré pausa en los momentos alegres, de aprendizaje. Y rebobinaré las veces que hagan falta para que los "malos momentos" sean simplemente momentos diferentes. 

Yo soy libre de elegir dónde poner mi atención y creo que esto es lo más justo para mí y para todos..






domingo, 2 de noviembre de 2014

Silencio...

Y me dejé llevar.
Decidí prestarle atención a mi cuerpo.
Escuchar mi intuición.
Observar mis pensamientos.

Al principio dudaba, y ¿si me equivocaba?; luego lo vi claro: no existen las equivocaciones, todos son experiencias. No hay nada malo, ni nada bueno, todo es aprendizaje.

Así que hice oído sordos a todo lo que me rodeaba, apagué la tele, y me fui a caminar por el bosque.
Había oído por ahí que el silencio era buen compañero, tenían razón.
Aunque, es buen compañero cuando uno tiene la consciencia tranquila.

El silencio es un gran espejo con el poder de aumentar todo aquello que se le entrega.
Por eso uno tiene que ir tranquilo, sin miedos ni dudas.
Y cuando lo encuentras, justo en ese momento, te das cuenta que siempre estuvo contigo.
Nunca te abandonó, solamente tenía que encontrar el momento de escucharlo.

Y me devolvió la paz que le entregué. Y me dejó llorar. No me juzgó. Ni me preguntó qué me pasaba. Me abrazó y respetó mi momento.
Me descargué. Y cuando me fui no me despidió, se vino conmigo.

"Cuando ves lo que somos y lo que representa la vida, sólo el silencio es grande, todo lo demás es debilidad." Alfred Victor de Vigny

viernes, 31 de octubre de 2014

Si te resistes, persiste

"A lo que te resistes persiste"

Hace poco leí el libro "Las mariposas vuelan libres" de Stephen Davis; dónde se trataba este tema, entre unos cuántos otros. (Puedes descargarte el libro aquí: http://espiritualidad-cuantica.es/)

Es una idea muy simple de entender, pero un poco más difícil de poner en práctica.

Se trata de buscar aquello repetitivo en nuestras vidas; algo que, obviamente, no queremos más, pero que aún sigue ahí.

Una vez lo encuentras, simplemente déjalo ser. Puedes observar todo aquello que provoca en tí esa situación, pero no reprimirlo ni juzgarlo ni mucho menos echar la culpa fuera.

Como si de una película se tratase. Imagina que vas al cine a ver una película, y de lo involucrado que te encuentras, de repente te pones a llorar (suponiendo que la película es emotiva); tu sabes que eso no está pasando, y sabes que son solamente actores, y tus lágrimas salen y no las juzgas, simplemente las experimentas.

Pues así de simple (y de complicado) es en la vida real.

Imagina una situación que te moleste.
Ahora observa qué te hace sentir. 
Piensa por qué te hace sentir así, qué hay "dentro de ti" que reacciona ante ello; digamos que has de buscar la semillita, ese pensamiento doloroso o molesto. 
Normalmente es un miedo, y esta situación simplemente actúa como un lente de aumento para exagerarlo y que puedas reaccionar. 
Por lo que la búsqueda de esta semillita simplificadora, eliminando todo aquello que estorbe.

¿Cómo se llega hasta ahí? Muy simple, preguntando "¿por qué?"

Una vez que lo tienes, agradeces que la situación haya aparecido para que pudieras ver ese pensamiento oculto. Y verás, como por arte de magia, esa situación simplemente desaparece.

Ahora lo que toca es seguir trabajando (observando) hasta que todos esos pequeños miedos, basados en creencias erróneas, o prejuicios injustificados desaparezcan.

Feliz viaje a tu interior 


martes, 14 de octubre de 2014

Ya no te juzgo

Ya no te juzgo.

Porque entendí que yo en tu lugar haría lo mismo.
Si yo hubiera tenido las mismas experiencias, me hubieran inculcado las mismas creencias e ideas; seguramente hubiera reaccionado de igual forma.

Me dí cuenta que todos tenemos buenas intenciones, pero no siempre las cosas salen como queremos. Incluso, lo que para mi puede ser un "buen resultado" para ti puede que no lo sea.

Entendí que los valores son nuestros parámetros para medir las experiencias y para valorar (valga la redundancia) como positiva o negativa la experiencia o la forma de actuar; pero que esos valores no siempre son iguales para todos.

Aprendí a escuchar a mi corazón, y el me enseña a no juzgar. Porque, a pesar de que para mi mente es algo atractivo echar la culpa fuera, o criticar al resto, el regusto amargo que me queda dentro me indica que no es algo bueno.

Simplemente he practicado el "¿te gustaría que te lo hicieran a ti?", y me di cuenta que no.

Me di cuenta que a mi no me gusta que me juzguen, no me gusta que me critiquen. Si a alguien no le gusta o le ofende lo que estoy haciendo me gusta que venga y me lo diga. Que me pregunte por qué lo estoy haciendo. No me guste que me encasillen o que den cosas por sentado cuando ni siquiera me conocen.

Por eso he empezado por mi.

Ya no te juzgo, te acepto. Y simplemente aprendo de ti.

No me olvido, sé que eres mi reflejo.

Ya no me juzgo, me acepto.

sábado, 4 de octubre de 2014

¿Dudar o no dudar?

- ¿Cómo estás tan seguro de que no existe?
- Porque no lo puedo ver, no lo puedo oír, no lo puedo tocar.
- Déjame que te lea este fragmento de "El libro Tibetano de la Vida y de la Muerte":

"...Nuestra mente está confusa, acosada por la duda. A veces pienso que la duda es un obstáculo para la evolución humana, incluso mayor que el deseo y el aferramiento. Nuestra sociedad fomenta la inteligencia en lugar de la sabiduría y celebra los aspectos más superficiales, hostiles e inútiles de esa inteligencia. Nos hemos vuelto tan falsamente "refinados" y neuróticos que tomamos la propia duda por verdad...."

- Yo creo que está bien dudar. No podemos creernos todo.

- Existen dos tipos de dudas: la duda generosa y abierta necesaria para poner a prueba y demostrar el valor de las enseñanzas y luego la otra, la destructiva, que no nos deja nada en que creer, nada que esperar y nada por lo cual vivir.

- Pero, ¿cómo saber cuándo dudar y cuando no?

- Pon en marcha tu intuición, tu valentía y entrenamiento. Utiliza la "duda noble". Esta clase de duda noble nos estimula, nos inspira, nos pone a prueba, nos hace más auténticos, nos da poder y nos atrae cada vez más hacia el interior del elevado campo de la energía de la verdad.

- Lo veo díficil.

- No dije que fuera fácil. Pero piensa que cuando escuchas la verdad, ésta resuena en ti. Como si tu cuerpo, tu mente, todo tu ser te dijeran: "Si! eso lo reconocemos!"
Escucha tu interior. Sabes perfectamente que ahí se encuentra tu sabiduría. Esa que utiliza esa vocesita para indicarte el camino; ese el cual a veces dudas tomar, pero finalmente acabas por escoger.

Utiliza el discernimiento antes de rechazar o de aceptar alguna enseñanza.

Ábrete a la vida! Experimenta tu existencia.


lunes, 29 de septiembre de 2014

El poder de la coherencia

Todos aquellos que vivimos en la ciudad convivimos con la incoherencia.

Trabajamos para poder vivir, para poder comer, pero casi no tenemos tiempo de vivir, y menos de comer.

Trabajamos para tener dinero. El dinero nos aporta seguridad. Pero, a veces, trabajamos tanto que nos enfermamos y ese dinero ya no nos sirve para nada....

Está bien visto estar estresado. Parece que así eres más importante. Estar ocupado, no tener tiempo para ti, para tus hobbies, no tener tiempo para estar con tu familia, te convierte en alguien importante. 

Sin tiempo para ver a tus hijos crecer, sin tiempo para disfrutar de los pequeños placeres.

El mundo al revés. 

Y, al final, ¿para qué?

¿Realmente ese dinero te está dando la felicidad?

¿Crees que con menos dinero podrías vivir?

Y si la respuesta es: "Si, podría, pero no viviría bien"; pregúntate qué es vivir bien.

Nos han programado para ser máquinas, pero realmente no lo somos. Somos seres espirituales en una experiencia humana. Y, aunque lo intentemos, nada nos da más felicidad que el encuentro con nuestra esencia, con nuestra creatividad. Los "lujos materiales" nos dejan regusto amargo, por eso siempre queremos más; nunca nos saciamos.

Si puedes recordar cinco momentos felices en tu vida, piensa en qué tienen en común. ¿El lugar, la ropa que llevabas, lo qué comías o el dinero que tenías en ese momento, eran factores determinantes?

Busca la coherencia en tu vida: 

Haz solamente lo que quieras, está con realmente quién quieras y vive como tú sientas que debes vivir; es tu vida, no lo olvides.

Recuerda que la incoherencia nos enferma.

Disfruta de tu tiempo, olvídate de lo que los demás opinan, simplemente se tú.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Cómo actuar ante un problema

Preguntas que me debo hacer ante un problema

- ¿Qué es lo que me está pre-ocupando?
- ¿Está ocurriendo ahora? O es algo que puede ocurrir en unos días, meses. (No me refiero a la preocupación, que seguramente la tienes ahora, sino al problema).
- ¿He pasado por un problema de similar características anteriormente?
-¿Se ha solucionado el problema anterior?
-¿Puede que esté frente a un problema que se repite?
- ¿De qué forma actué la última vez?
- Teniendo en cuenta, que si sigo haciendo lo mismo tendré iguales resultados, ¿por qué no pruebo con buscar otra solución?
- Ahora no veo la solución, ¿será porque estoy mirando de muy de cerca?..
Voy a alejarme un poco. Veo mi vida desde arriba. Sigo subiendo, me alejo un poco más. Un poquito más.
- Mmm ahora, ¿Qué veo?

Quédate ahí mirando. Simplemente observando. Observa tu entorno. El orden en el que todo se mueve. Intenta mover esta imagen a un momento en el pasado. Ese día que tenías un problema similar. Adelanta hasta que llegó la solución.
¿A qué no vino desde el sitio que estabas esperando? Apareció de repente, sin esperarla.

¿Lo oyes?
Escucha atentamente…..

”Todo pasa por algo, todo es para bien, hay algo en esto de lo que debes aprender”

Ahora que ya has dejado de pensar en eso que te pre-ocupa, ves a realizar algo que te encante. Bailar, cantar, caminar, dibujar, hablar con alguien; da igual lo que sea, ves y hazlo.

Desconecta del problema lo suficiente para que la solución te coja desprevenid@.

Que tengas un buen día y una feliz existencia ;)

Nota informativa: los “problemas” en realidad son pruebas. Pruebas para romper nuestros esquemas, nuestros límites, para abrir nuestro nivel de consciencia.
A veces ese malestar aparece para que tomemos cartas en el asunto, para que cambiemos aquello que no nos gusta.
Seguramente nos habremos desviado del camino y el problema aparece para encaminarnos.
Si tomamos el problema como un castigo, o nos ponemos en el papel de víctimas, no podremos nunca llegar a la solución.
¿Y si nosotros mismos somos los que hemos atraído ese problema para despertar?
¿Y si esta situación no hace más que sacar a la luz esa fuerza y lucha que tanto esperaba ver?
Sobretodo, no dejes de pensar en el problema como tu amigo, tu prueba, tu examen.

En el caso de que se repita, será que el camino que elegiste no era el más adecuado para ti.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Aquí y ahora



Todos los seres humanos tenemos una capacidad asombrosa de exagerar cosas sin importancia, y, a su vez, de no valorar las que realmente sí lo son.

Nos enredamos en una maraña de pensamientos, ideas, que defendemos, seguimos y somos capaces de discutir y atacar por ellos; pero, ¿realmente eso es importante?

Somos capaces de crear barreras invisibles para separarnos de otros iguales a nosotros. 
Defendemos lo indefendible. Atacamos lo inatacable. Juzgamos ilusiones.
Gastamos nuestra energía, invertimos nuestro tiempo en cosas sin importancia.

Nos acostumbramos a mirar la tele. 
Miramos películas o series: historias inventadas, o basadas en hechos reales, pero que no están sucediendo en nuestro aquí y ahora.
Miramos programas de corazón: donde otros cuentas sus historias, o su versión de los hechos.
Miramos programas de deportes: donde otros juegan, nosotros no movemos ni un músculo, pero somos capaces de perder o ganar con ellos.


Todo esto está bien, es divertido y puede ser muy útil para tu crecimiento, siempre y cuando sepas que no es real

Mientras sepas que esto es una ilusión, una gran forma de entretenernos, y de manipularnos. De mantenernos mirando hacia el exterior. Para que no paremos ni un segundo en preguntarnos cómo nos sentimos, si estamos dónde nos gustaría estar, y si somos felices.

Nos venden una idea de felicidad que no corresponde con la que nosotros sentimos.

Ya hemos comido lo que nos dicen, nos vestimos como deberíamos, tenemos el coche, la casa y la pareja que tendríamos que tener, pero aún así no nos sentimos igual que en la tele.

Hasta nos muestran como deberíamos tener sexo, pero todos sabemos que el porno no es real.

Nos gustan que nos cuenten historias de otros, desde pequeños nos las cuentan. Historias con finales felices.

Nos explican una y otra vez los trucos de imagen, cómo se pueden manipular las fotos. Nos hablan claramente del Photoshop, y aún así nos siguen vendiendo cremas milagrosas, maquillajes increíbles, que seguimos comprando porque confiamos en ello.

Desconectemos de esa ilusión y conectemos con eso que está en nuestro interior.

Valora lo que sí es real e importante: tu vida, tu familia, tu entorno. Lo que está pasando aquí y ahora



viernes, 19 de septiembre de 2014

Veo veo... ¿qué ves?


- ¿Qué es una mesa?
- Un mueble, compuesto por una tabla y patas que la sostienen. Sirve para escribir, comer, jugar, etc.
- Y cuando yo digo "mesa", ¿en qué piensas?
- En la mesa de mi casa.
- ¿En qué crees que piensa cada persona cuando digo la palabra "mesa"?
- En "sus mesas".
- ¿Estás de acuerdo conmigo entonces en que la palabra "mesa" solamente es un "botón" que activa un pensamiento relacionado con experiencias personales?
- Si, pero no entiendo a dónde quieres llegar.
- Según nuestras experiencias, nuestras vivencias, creencias, ideas; cada cosa que vemos tiene un significado "personal". Una carga emocional única.

Todos entendemos qué es una mesa, pero cada uno de nosotros lo relacionamos con algo diferente.
Nuestra mente es capaz de generar recuerdos relacionados con el objeto mencionado.
Y esos recuerdos pueden ser agradables o desagradables.
Por eso a veces discrepamos, discutimos, nos enfrentamos.
Porque no todos compartimos las mismas experiencias con el mismo objeto.

Siempre que te veas tentado a enjuiciar a alguien, criticar sus actos, o atacar por algo que ha dicho; utiliza tu capacidad de "salir de la experiencia", obsérvate desde fuera, desde arriba; e intenta entender cuál es la relación que esa persona está realizando.

Te darás cuenta que tú también has hecho una relación, por eso te has visto envuelto en esa crítica, digamos que por eso "has saltado".

Esta herramienta la puedes utilizar siempre que quieras.

Criticar nos quita energía, nos agota, nos encierra en nuestra burbuja.

La empatía nos acerca, abre nuestra consciencia, nos ayuda a entender el mundo y a los seres que nos rodean; aparte de cargarnos de energía y gratitud.

Pasa de tener un "punto de vista" a un "espacio de vista". Amplia tu mundo.

Recuerda que siempre eres tú quién decide tu estado de ánimo; eres el único responsable de tu vida.

jueves, 18 de septiembre de 2014

En marcha!

De repente te encuentras infeliz.
No sabes como llegaste a tener esa sensación.
Hiciste todo lo que los demás te dijeron: estudiaste una carrera, conseguiste un trabajo bien valorado, tienes tu casa, un coche, tu pareja.... pero te sientes incompleto.
Sabes que mucha gente pagaría por tener algo como lo tuyo. Todo el mundo te dice que eres afortunado, pero aún así no eres feliz.
Puede que incluso te sientas injusto, "me quejo cuando lo tengo todo".

¿Dónde me equivoqué?

O, mejor, ¿cómo puedo hacer para arreglarlo?

Digamos que este punto no es nada agradable, algunos de nosotros fuimos mejor programados que otros, y salirse de lo establecido cuesta.
Lo positivo, es que si ya te has planteado tu "no felicidad", ya no hay marcha atrás.
Es como si hubieras activado un dispositivo de "busca tu felicidad" que hay dentro de ti; el cuál no parará hasta que cambies todo aquello que te aleja de ese estado.

Hay gente que sabe más o menos por donde tirar: "A mi me hubiera gustado ser panadero, pero no me dejaron"
Hay otros que no tienen ni idea.
Incluso, hay muchos que no saben ni qué les gusta...


Por eso, uno de los métodos para saber "¿qué me haría feliz?" es el siguiente:

Imagina por un minuto, que tuvieras la oportunidad de cambiar todos los detalles de tu vida. Nadie espera nada de ti, ni tu de nadie, simplemente puedes cambiar todo aquello que no te guste. Puedes cambiar de trabajo, de actividades lúdicas, de personas que te rodean, de pareja, de lugar dónde vivir.
Haz los cambios sin miedos, sin dudas, sin "eso sería imposible".

Imagina esas actividades que no necesitarías dinero para realizarlas....

Simplemente sueña. Durante un minuto, o lo que creas necesario.

Cuando lo tengas, escríbelo. Léelo nuevamente. Y modifica todo aquello que quieras.
Eres el arquitecto de tu vida, puedes poner y quitar a tu antojo.

Cuando acabes, obsérvalo. Observa tu sueño.

Mira a que distancia estás de alcanzarlo.

Marcate pequeños objetivos para llegar. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa.
Te lo mereces, es tu sueño.
No uses excusas como " es imposible"; está demostrado que si se puede imaginar se puede realizar.

Agradece que estás vivo y puedes ir a por él.
Ponte en marcha; es tu momento!


miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿De qué lado estás?

¿Qué vida vivo?

¿La que quiero o la que esperan de mi?

¿Qué realmente quiero?

Llega un momento en nuestras vidas que estas preguntas salen sin más. Aparecen, normalmente, en momentos de insatisfacción. 
Es muy difícil que alguien de nosotros se pregunte esto en un momento de placer. 
Y por esto, creo sinceramente, que las experiencias más positivas son las dolorosas.

Somos seres viviendo una vida dual, y tendemos viajar de un extremo a otro constantemente. 
Catalogando nuestras ideas, experiencias y situaciones. 
Pero no nos paramos a pensar lo que realmente está pasando.

Sabemos que la felicidad es el estado deseado, pero gracias a la tristeza nos planteamos cambios. 
Muchas veces confundimos felicidad con placer, o felicidad con alegría.

Y esta confusión aumenta cuando después de un momento alegre sucede uno triste. Nos apegamos a los "positivos" y rechazamos los "negativos".
Sin darnos cuenta, que la felicidad es simplemente ser neutral. Vivir las experiencias como lo que son, experiencias.

Vivimos en una era donde los placeres están a la orden del día. Y esta capacidad de apego no nos ayuda. Ya que la oscilación es inevitable, y eso que al principio nos daba placer puede causarnos dolor sin que nos demos cuenta. Ejemplos tenemos miles: sexo, comida, drogas, etc..

Te invito a que pares. Reflexiones. Qué hay en tu vida, obsérvalo. 
Si tuvieras que aprender algo durante esta experiencia que estás viviendo, ¿qué sería?

Sea "positivo" o "negativo", intenta ser neutral, traspasa el velo de la dualidad y observa el aprendizaje que hay detrás. 

Eres el actor o actriz de la película de tu vida, pero también el director y el espectador. 

Bienvenid@ a la Unidad; al Equilibrio.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuidado con adulterarse

Muchos buscamos la sabiduría en los libros, en los templos o en maestros que vengan de una tierra lejana.

Pocos sabemos que esa sabiduría está al alcance de nuestras manos.

Cuando alguien habla de vivir presente, vivir consciente, atentos al ahora, pensamos que es algo que solamente seres que hayan meditado durante años puedan conseguirlo. O es típico de personas tranquilas, serenas, llenas de sabiduría.

Hoy, tuve la suerte de compartir tres horas con uno. Un ser que me enseñó a vivir el momento, estar atenta solamente de lo que pasaba en ese espacio, no pensé en nada más. No necesité ningún libro, simplemente me dejé llevar.

Este niño de 3 años fue mi maestro por el día de hoy. Estuvimos jugando, nada más y nada menos que eso. 3 horas sin mirar el teléfono, sin estar pendiente de nada más que de nuestro espacio y nuestro tiempo.

Hoy entendí porque admiro tanto a los niños. Seres capaces de crear un mundo de la nada. De llorar y reír en un lapso de tiempo tan corto que no existen rencores.

Muchos dicen que viven en un mundo de fantasía; me pregunto si la fantasía no la vivimos nosotros creando problemas en nuestra mente que en el 99% de los casos no ven la luz.

Lo único que me da pena es que nos esmeramos en programarlos, llenarles las cabecitas de cosas sin sentido, de miedos sin causa existente. Les transmitimos nuestras dudas, nuestros miedos, les cortamos las alas.

Queremos que sean tranquilos, que se queden en el sofá quietitos mirando la tele, que sigan nuestros horarios, que no se acostumbren a estar en brazos.

Y cuando son grandes, y han sido fieles al programa, nos preguntamos por qué son tímidos, por qué no salen de casa, por qué no se relacionan...

Si tienes la suerte de haber sido un niño, recuerda que feliz eras. Desprográmate y vive la vida como te gustaba!!

No te adulteres más



sábado, 13 de septiembre de 2014

Ejercicio 3: Toma consciencia de tu esencia

Toma consciencia de tí por un minuto.

Éste es un ejercicio que deberíamos practicar cada día, a cada hora. Pero, tranquilamente, empezaremos con un minuto al día.

Durante este minuto simplemente tomas consciencia de ti mismo. Obsérvate en conjunto, siente eso que da vida a tu cuerpo.
¿Dónde te encuentras? ¿En tu cabeza? ¿En tu corazón? o quizás, en ningún lado y en todos al mismo tiempo.

Simplemente observa, cómo te sientes, qué pensamientos pasan por tu mente, qué sensaciones te recorren.

Y, en relación a tu entorno. Ahora, ¿qué sientes?. ¿Encuentras la unión?

Seguramente encontrarás más cosas en común con todo lo que te rodea, con el resto de los seres vivos.

Siente esa similitud. No hace falta que le pongas nombre, simplemente disfrútala.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mi amiga la Muerte

La muerte, esa gran desconocida.
Temida por todos. Hablada por pocos.
Solemos relacionarla con tristeza, con pena, con dolor.
Sólo la recordamos cuando la vemos cerca, ya sea a por una enfermedad  nos aqueja o si le ha llegado el momento a un ser querido...

Pero pocos de nosotros recordamos que la muerte nos puede llegar en cualquier momento, en cualquier lugar; aunque estemos sanos, en un lugar seguro, y haciendo algo saludable.

Todos sabemos que llegará, pero nadie sabe cuándo.

Y, ¿de qué me sirve pensar en la muerte?

La muerte hace que vivas plenamente. Si sabes que el juego se puede acabar, intentarás divertirte mucho más ¿no?

Dejarás de darle importancia a cosas que no tienen. Ya no invertirás tu tiempo en tonterías. Tienes una vida que vivir y la quieres vivir al máximo.
No haces cosas que no te gustan, valoras cada momentos, cada segundo.
Admiras la belleza que te rodea.
Centras tu atención en todo aquello que te pueda aportar conocimiento útil. Y el resto, simplemente, lo desechas. No lo necesitas.

¿Para que gastar tu tiempo en cosas que no te aportan más que sufrimiento?. ¿Para qué invertir tu energía en posesiones que no sabes si podrás disfrutar?. Consigue lo justo y necesario, no te esclavices por tonterías.

Para muchos este puede ser un pensamiento de alguien que se conforma con poco. Que no tiene miras, que no quiere progresar.

Para otros, en cambio, puede ser un pensamiento de alguien realista. Que sabe perfectamente que va a morir y quiere vivir al máximo.

Deja de temerle a la muerte. Hazte su amigo. Es un proceso natural que no podrás evitar.

Sácale provecho a ese proceso y simplemente vive como si fueras a morir mañana.

Rompe esquemas. Libérate. Experimenta aquello que viniste a experimentar. Quítate el velo. Diviértete.

Cuando llegue la muerte alégrate por haber vivido la vida que querías.

martes, 9 de septiembre de 2014

¿Qué pasa cuando superas tus miedos?

Primero deberías de preguntarte de dónde vienen tus miedos, por qué están ahí y para qué te sirven.

Yo puedo responder la última: están ahí para protegerte. Aunque es una protección ilusoria. Si vieras lo que existe en realidad verías que no hay nada de qué protegerte. Porque no existe tal ataque.

Analízate, obsérvate. ¿De qué te escondes? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Realmente crees que tu casa, tus pertenencias te aportan seguridad?

¿De verdad sientes que tu trabajo te da seguridad? ¿Sientes que la permanencia es segura?

Nada de lo que ves es permanente, nada de lo que ves está estático.

Así que deja de dar el poder al exterior, si realmente quieres algo permanente busca en tu interior. Esa voz que siempre te acompaña, que vive en tí. Voz interior, intuición, llámala como quieras. Pero eso es lo más parecido a algo permanente que vas a ver.

Haz lo que verdaderamente sientas.
Confía en el resto de la humanidad, no ataques, ni te defiendas. Todos atacan y defienden ilusiones, nada de lo que defienden es defendible.

La paz llega cuando nos ponemos en el lugar del otro, y vemos que sus miedos lo han engañado, por eso se sentía indefenso y por eso atacó. Si hubiera escuchado a su voz interior se habría dado cuenta que no hay nada de que se pueda defender.

Un trozo de tierra? Posesiones? Cuando por fin la muerte llegue a nuestra vida, no habrá nada de eso. Habrás defendido durante tu vida algo que a la muerte no puedes llevar.

"Invierte solamente en aquello que un huracán no te pueda arrebatar"; en la bondad, la consciencia, tu despertar.

¿Qué pasa cuando superas tus miedos?

Ves la realidad tal cual es. Ves al resto de la humanidad como parte de un todo, del cual tu también formas parte. No sientes odio, ni enjuicias, ni atacas. Simplemente aceptas, amas, sientes la libertad del amor.

Todos somos uno. Escucha a tu voz interior. Vive tus experiencias, disfruta de tu vida, y cuándo la muerte llegue será un cambio más dentro de tu eternidad.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Ejercicio 2: Respiración consciente

"Yo no me sé relajar"
"Yo no tengo tiempo"
"Yo no puedo meditar"

Todos, alguna vez, hemos dicho algo así....

Lamento llevarte la contraria, no es verdad. Todo depende de lo mucho que quieras hacerlo. Y, sobretodo, de lo que entiendas por relajarte o meditar. Antes que pienses nada, te afirmo: no es dejar tu mente en blanco. Es, más bien, convertirte en el observador. Como si fueras el espectador de tu propia película mental.

Así que para los que quieran empezar, pero sin decir que meditan o se relajan, aquí va un primer paso...

Respiración consciente.

Durante un minuto al día, hazte consciente de tu respiración. Obsérvate. Seguramente tendrás "inconvenientes" para aguantar un minuto, registra cuales son. Sería ideal que apuntaras en una libretita qué es eso que no te deja ser consciente de tu respiración por un minuto.

Recuerda que eres el espectador, no intentes modificarla, aunque verás que solamente por observarla la modificarás.

Disfruta de este minuto. Y repítelo las veces que quieras. Este ejercicio puede ser muy beneficioso en momentos de tensión, puedes rebajar el nivel de nerviosismo solamente quitando el foco de tu atención del motivo del enfado, y centrarlo en tu respiración. 

La noche más oscura...

Había perdido el rumbo...
No sabía como había llegado hasta ahí.
Mirando atrás sólo veía confusión.
Me sentía derrotada, dolida, impotente.
Lloraba como una niña, desconsolada.
Mi mente no me ayudaba, no paraba de darme excusas para sentirme peor.
Era como si se retroalimentara de mi dolor. Venían a mi encuentro pensamientos y recuerdos dolorosos...

Hasta que, de repente, sentí ese "algo" que me abrazó. Fue una sensación diferente. Como si una energía limpia, pura, me rodeara.
No tenía brazos, pero yo sentía su presencia.
No hablaba pero logré escuchar su mensaje: "Despierta".
Realmente no se explicarlo, solamente se describirlo. Una palabra que resonó en lo más profundo de mi Ser. Venía desde mis adentros. "Despierta".
Me protegía, me llenaba. Nutría cada una de mis células.


Suavemente sequé mis lagrimas. Sonreí. Y, del mismo modo que ese ser se comunicó conmigo, yo le respondí: "Gracias".

No habían palabras, sólo gestos, intenciones.
No hay nombres, ni clasificaciones, simplemente sensaciones agradables. Puedes llamarlo como quieras, o simplemente puedes sentirlo.

Es algo que todos tenemos, que siempre está, pero sólo lo escuchamos cuando más lo necesitamos.

Dependiendo de tus creencias intentarás ponerle un nombre (Dios, ángel, ser de luz, espíritu, alucinación, inconsciente); ya que todo lo necesitamos representar con palabras. Pero, en tu interior, sabes perfectamente que las palabras no describen las sensaciones, son simplemente símbolos.

Te invito a que respires hondo, sientas como el aire llena tus pulmones, y en ese silencio que ha generado tu atención te sientas a ti mismo.

Escucha a tu interior, ahí está la respuesta. No pierdas tiempo buscando fuera, todo lo que quieres saber está dentro.

El momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer...
Buen viaje!

domingo, 7 de septiembre de 2014

La cura

Ésta es la historia de un hombre que tenía una enfermedad muy dura, e incurable, según decían los especialistas. Todo había empezado con un malestar general, pero se fue empeorando hasta convertirse en una enfermedad que no lo dejaba casi caminar.

Había visitado todo tipo de médicos, especialistas, curanderos, en búsqueda de la cura de su enfermedad. Probó cada uno de los remedios, ungüentos, y medicamentos que le dieron; pero ninguno funcionaba. Digamos que las molestias se le iban por un tiempo, pero luego volvían. Se sentía mal, sin fuerzas.

Hasta que un día tuvo un sueño. Soñó que existía un sabio que lo podía curar. Este sabio vivía en un bosque muy lejano (como casi todos los sabios); el cual él tenía que recorrer si quería curarse.

Después de valorar el esfuerzo; pensar en las posibilidades y dejar de pensar en todos los inconvenientes, decidió caminar, era su última oportunidad.

El camino era duro, debería llevar muy poca comida tendría que comer lo que el bosque le pudiera ofrecer. Tampoco podía utilizar ningún medio de transporte, así que simplemente caminó.

Con las dudas típicas de cualquier ser humano que deja su salud en manos de otro, solamente imaginaba qué le iba a decir.  Qué le haría tomar, recordaba cada uno de aquellos remedios que le hicieron probar, a cuál más asqueroso.

Sus pensamientos eran sus compañeros de viaje.

Hasta que un día llegó.... Golpeó la puerta de la casa, esta se abrió y entró.

En la casa estaba un señor mayor, cocinando, que nada más verlo sonrió de oreja a oreja. Le dió la bienvenida y le preguntó por su camino.

Admirado por la cantidad de arrugas del anciano y su felicidad, nuestro hombre simplemente sonrió y confió.

- He venido a que me de la cura a mi enfermedad.
- Lo siento, dijo el anciano, yo no tengo la cura.
- ¿Cómo? He recorrido un bosque entero, caminando durante días, he dejado mi casa para encontrarte ¿y me dices que no me puedes curar?
- Lo siento, solamente tú te puedes curar. Tienes la capacidad innata de curarte. Yo sólo podría guiarte, pero jamás curarte. Tú tienes la última palabra, tú decides.
- ¿Yo me puedo curar? ¿Cómo? Si ni sé como funciona mi cuerpo
- Comienza por observar. Observa tu día a día; tus hábitos, tus actividades cotidianas, en qué inviertes energía, qué comes, cómo piensas, a qué le tienes miedo, qué te gustaría realizar y no realizas. Escucha a tu cuerpo. Si lo que realizas te aporta felicidad, sigue haciéndolo, si, en cambio, te da malestar, deja de hacerlo.
- Pero eso es difícil
- Es difícil, pero no imposible. Recuerda que tu obligación es ser feliz, has venido a eso. Y si no lo eres te enfermarás. Así funciona, así de simple.
- Ser feliz, así de simple...

Continuará?

sábado, 6 de septiembre de 2014

¿Eres consciente?



Consciente: Que siente, piensa y actúa con conocimiento de lo que hace.


Ahora que ya sabemos qué significa, vuelvo a preguntar: ¿Somos conscientes?


Obviamente no. Digamos que la mayoría de nuestros actos no lo realizamos conscientemente. Ahora mismo, dónde tienes tus manos, tus pies, la postura de tu columna, no lo has "elegido conscientemente"; simplemente te has dejado llevar.


Ésta es una capacidad, el realizar cosas sin ser conscientes de ellas, que nos ayuda en el día a día.

Cuando algo es nuevo, algo que debemos que aprender, prestamos toda nuestra atención a ello; y una vez que ya está aprendido simplemente lo realizamos automáticamente.


Es un buen mecanismo. Ahorramos mucha energía de esta manera. Y, gracias a esto, también somos capaces de realizar varias cosas al mismo tiempo.


El problema aparece cuando todo lo realizamos de esta forma. Hay cosas, que hemos aprendido, que no son beneficiosas, pero que, aún así, las seguimos realizando.


Pensemos en un hábito no beneficioso, un vicio.




La primera vez que lo hicimos eramos conscientes, pero luego con la repetición fuimos automatizando este comportamiento.


Digamos que llega un día que queremos deshacernos de él, ya que nos damos cuenta de que no es bueno para nosotros; el único camino es volver a hacerlo consciente.


Pero, ¿cómo se hace?.


La primera herramienta es la observación. Observarnos cuando realizamos algo, llevar nuestra atención a el comportamiento, el momento en qué lo realizo, cómo me siento antes y después de realizarlo.


Esta observación, te llevará a la causa de este hábito, y qué está sustituyendo. Una vez que lo tengas, ya serás capaz de sustituirlo por algo que conscientemente sí quieras para ti.


Vivimos en una era de manipulación constante. Desde la comida que comemos, hasta la ropa que usamos, pasando por cómo caminamos, están "marcados". Digamos que el pensamiento es: "Si quieres ser aceptado por tu entorno, debes hacer esto; si no lo haces, serás excluido."


Visto así, parece una estupidez. Y, puede que pienses: "yo no me dejo llevar por lo que hacen los demás, ni por lo que me dice la publicidad".


Lamentablemente, el marketing es una ciencia bastante exacta, qué conoce nuestros mecanismos y nuestra forma de aprender. Y sabe perfectamente que por repetición aceptamos. Un ejemplo: imagina que vas al supermercado a comprar galletitas, tienes dinero suficiente para comprar la que quieras; ¿cuáles son tus criterios para escoger? ¿puede que "el que salga en la televisión" te influya positivamente?


Hoy en día, nuestra "felicidad" está marcada por personas que ni siquiera conocemos. Es como si alguien hubiera escrito un manual. Y, lo peor de todo es que nosotros sabemos perfectamente qué debemos hacer o ser para tener esa felicidad. Lamentablemente nuestro interior, muchas veces nos dice lo opuesto.


Así, que te invito a que traigas consciencia a tu vida, escuches a tu interior, observes tus comportamientos.


Y simplemente seas feliz a tu manera.




miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ejercicio 1: Vamos a observarnos


Observarse a uno mismo, es una tarea que no hacemos normalmente. A no ser que tengamos algún dolor, o algún defecto que no nos deja "vivir".

Tendemos siempre a observar lo que nos rodea. Catalogamos constantemente, distinguimos, diferenciamos, clasificamos formas, colores y sonidos. Pero te pregunto, ¿te has observado hoy? Si, a ti mism@. Completamente.

Es algo muy sencillo, pero que requerirá unos minutos. Es un ejercicio interesante, porque muchos de nosotros no nos conocemos.

Mientras sigues leyendo, te invito a que sientas tus pies. La postura que han adoptado, si tocan o no tocan el suelo. Seguidamente vas subiendo tu atención a las piernas; la temperatura que perciben. De ahí pasa a tu abdomen; observa sus movimientos. "Sube" con la inspiración y "baja" con la espiración. No intentes modificarlo, simplemente observa.

Tu pecho hace un movimiento similar, si prestas atención podrás sentir los latidos de tu corazón... ¿Lo sientes?

Y tu espalda, ¿qué postura tiene?, si no es la más cómoda, cámbiala.

Puedes sentir tus brazos, tus manos. A veces, cuando prestas atención parece como si un calor se apoderase de la zona a observar. Como si tu atención llevara calor consigo.

Tu rostro, tu cabeza descansan sobre tu cuello. Puedes moverlo para buscar una sensación agradable.

Esto es simplemente un recorrido. Puedes realizar este ejercicio antes de acostarte, o en cualquier momento que quieras "parar" del mundo exterior. El tiempo en cada zona lo escoges tú.

Disfruta de las sensaciones. Disfruta de ti mismo.

Si quieres compartir tu experiencia, ya sabes ;)



martes, 2 de septiembre de 2014

Despertando

Despierta!

¿Qué significa esto?

Simplemente que centres tu atención en aquello que es importante: tú y tu entorno.
Hoy por hoy, puedes distraerte, evadirte siempre que quieras. Vivimos sobre estimulados, sobre excitados. Todo llama nuestra atención. Y, estamos tan acostumbrados, que si por un momento tenemos que estar en silencio, sin atracciones, nos las creamos nosotros. Vemos horas de televisión, el teléfono es nuestro compañero fiel, internet es la herramienta indispensable.

Pero, nada de esto, nos ayuda a despertar. Centramos nuestra atención en realidades virtuales constantemente. Y eso no hace más que alejarnos de la verdadera.

Tienes una realidad 3D que te rodea, y no le prestas atención; prefieres una simulación. Te dejas asombrar por colores y formas, y a los originales, los que están en la naturaleza no les prestas atención.

¿Cuándo fue la última vez que saliste a la calle y observaste qué ocurre de verdad? 

Te invito a que descubras tu entorno, descubras el milagro de tu vida...Despierta...

Descifrando el mensaje...

Estamos acostumbrados a ver las molestias, los dolores, los sintomas, las enfermedades como enemigos.

Normalmente somos la víctima de algo cruel que nos ataca. Algo, normalmente, externo, que nos maltrata sin miramientos. Y el cual no podemos controlar.

Te voy a invitar a verlo desde otro punto de vista....

Imagínate, por un segundo, que ese malestar es un mensaje. Un mensaje que te envía tu cuerpo, tu parte mas inconsciente, esa parte que te es desconocida pero que, en cambio, a ti te conoce muy bien.

Un mensaje claro y preciso. Algo que aparece en el momento justo, para expresarte algo.

Este primer mensaje, si es leído, y uno se moviliza para llevar a cabo el cambio, en un breve período de tiempo se va. 

En cambio si lo silenciamos (con cualquier medicina que se nos ocurra, tanto natural o sintética) este mensaje volverá a aparecer más tarde. 

Esta segunda vez lo hará más intensamente, será persistente e intentará que no lo silencies. 

El mensaje ha de ser entregado...

El libre albedrío existe y puedes elegir seguir silenciando sin cambiar eso que tanto daño te hace, es tu elección.

Pero ahora que ya tienes otra perspectiva, te invito a que hables con tu cuerpo. Le preguntes que ha causado esa molestia, ese dolor.

Puede que al principio no recibas nada, ya que estamos bastante programados para no escuchar; pero si logras encontrar un lugar silencioso, tranquilo y centras tu atención en el síntoma, lograrás descifrar el mensaje...

Poco a poco irán apareciendo personas, situaciones, que te ayudarán a encontrar la respuesta.

Dejarás de ser la víctima, pasarás a ser el responsable de tu vida. 

¿Estás preparad@?

Bienvenid@ a la instrospección ☺️

lunes, 1 de septiembre de 2014

Problemas y soluciones

Te invito a pensar en un problema que tengas. Ese que tanto te agobia.
Notas cuánto te molesta. Es increíble que tuvieras que pasar por eso, o que tengas que volver a pasarlo.

Ahora, te pregunto, este problema ¿lo tienes ahora? Quiero decir, ¿está pasando en este momento, mientras lees, mientras estás sentado?... O ¿es algo que puede pasar, o que ya pasó?

Entonces, ahora mismo, este problema está en tu mente ¿no?

Digamos que te estás pre-ocupando. Tu mente se está ocupando de algo que todavía no sabemos si va a pasar seguramente. Puede que pase, o puede que no.

Lo que si es seguro, que esta pre-ocupación te está generando un estado de molestia, angustia, te consume. Parece que cuanto más lo piensas más te agota.

Te propongo que le quites atención a este problema y recuerdes algún problema similar pero del pasado. Algo que pensabas que era imposible de superar o resolver, pero simplemente lo hiciste. Si estás aquí, vivo es porque encontraste una solución, ¿no?

Recuerda ese momento, recuerda que te generaba la misma molestia.... Ahora, avanza en el tiempo y simplemente piensa en el momento que se solucionó. Puedes notar esa sensación de alivio, de tranquilidad, puedes sentir como ese gran peso se va.

Pues, esta es la sensación que debes generar cuando aparezca un nuevo problema.

Ya lo decía Einstein: "No podemos resolver  problemas pensando de la misma manera que cuando lo creamos."




Creador de tu vida

¿Quién eres?

No estoy preguntando tu nombre, ni tu edad, ni tu sexo, ni tu raza, ni dónde vives. Tampoco quiero saber que haces, ni a qué te dedicas. Nada de esto te define al 100%.

Sólo te pregunto quién eres.
Puede que te venga una respuesta, o un simple "nose", pero por lo menos lo has pensado. Has buscado. Has generado un pensamiento que busca aquello que eres; puede que de aquí un rato lo hayas olvidado, ya que esta pregunta es bastante molesta.

Si te sirve de ayuda, te digo que eres aquello que aceptas como verdad.

Si crees que eres buena persona, lo eres.
Si en cambio, crees que eres un fracasado, lo eres.

Aunque ninguna de estas cosas sea verdad, para ti lo es, y en eso te conviertes.

Recuerda, antes de aceptar algo como verdadero, puedes utilizar el poder del discernimiento. Discernir podría decirse que es "cuestionar", valorar si algo es verdad. No aceptar por aceptar.

Si observamos nuestro comportamiento; podríamos ver que es un conjunto de acciones que responden a patrones adquiridos anteriormente. Como nos relacionamos con el medio, con los demás seres.

Al comienzo de nuestra vida, aceptamos verdades que ahora nos guían. Algunas de estas verdades nos "sirven", son positivas. Pero hay otras que nos limitan.

Has aceptado cómo vestirte, qué comer, en qué gastar tu dinero, en qué trabajar; pero, a día de hoy ¿eres feliz?

Tu puedes "reprogramarte". Romper patrones que ya no te ayudan.

Eres el creador de tu vida, de tu realidad.
Simplemente tienes que prestarte atención, observarte, detectar que realizas automáticamente y qué podrías cambiar.

No te "dejes llevar" por pensamientos que has aceptado por inercia. Cuestiona tus creencias, tus hábitos. Acepta los que te ayudan a evolucionar y desecha los que te limitan.

¿Quién eres de verdad?

Namasté

sábado, 30 de agosto de 2014

Ser feliz, una actitud

Me gusta verte feliz!
Amo cuando sonríes!

Ser feliz demuestra tu agradecimiento, tu aceptación, tu fortaleza.

Has descubierto la razón de la vida.
Y no buscas felicidad fuera, simplemente te sientes feliz desde dentro.

Valoras cada uno de tus pasos. 
Admiras a cada una de las personas que se te acercan. Aprendes de ellas y les enseñas lo fácil que es ser feliz.

Agradezco haberte encontrado.
Aprendo de ti. En ti me reflejo.

No eres feliz porque todo sale como quieres, sino porque confias en que las cosas pasan por algo y disfrutas viviendo los contratiempos, las subidas y bajadas, los cambios inesperados. 

Sabes perfectamente que cada problema trae un aprendizaje detrás. 

No tienes miedo a equivocarte, son tus errores los que más recuerdas, y aprendes de ellos. 

Eres feliz porque perdonas, conoces las debilidades humanas, las entiendes y las perdonas sin juicios.
No sientes ataques, sabes que cada uno ataca a su propio reflejo. 

Reconoces, también, que si algo te molesta es porque de ahí hay algo que aprender.

Tus enemigos son tus mayores maestros, por eso los observas, los escuchas y aceptas sus críticas.

Amas a tus defectos al igual que a tus valores. Eres todo eso que te conforma.

Me gusta tu seguridad al caminar. Cabeza en alto, espalda recta pero sin tensión, pies en la tierra, corazón en amor. 

Rostro descansado y a su vez atento y agradecido.
 
Saludas a tu paso con una sonrisa, el viento te responde, los árboles te aconsejan y los pájaros te acompañan.

Vives aquí y ahora. Solamenente recuerdas para aprender y visualizas el futuro para saber donde ir, pero no te pierdes.

No sólo eres feliz, sino que también lo sabes.

viernes, 29 de agosto de 2014

Te perdono

- Ay! Me dolió!
- Perdóname
- Vale, pero no me lo vuelvas a hacer.
- Fue sin querer
- Ya... Pero te recuerdo que yo perdono pero no olvido...
- Ah! que rara forma de perdonar.
- Rara?
- Si, me "perdonas" a mi pero te castigas a ti
- Yo no me castigo, en todo caso te castigo a ti.
- No, te equivoques. Mira te lo voy a explicar:

En el momento que "perdonas" pero no olvidas, guardas el recuerdo con la carga emocional correspondiente; en este caso es rabia. Esta rabia, trae consigo unos cuántos síntomas (agitación, aumento de la temperatura, fruncimiento de cejo, taquicardia). Cada vez que accedes a ese recuerdo, tu mente, que está muy bien domesticada, es capaz de reproducir exactamente (a veces exagera un poco) lo que sentiste, lo que pensaste y obviamente, tu cuerpo responde con los síntomas, con el consecuente agotamiento y bloqueo mental.

Y todo esto pasa dentro de ti. Lo activa tu mente nada más verme, o simplemente cuando lo recuerdas; digamos que eres capaz de reproducir una situación que te ha causado dolor sin que el sujeto deba, necesariamente, estar presente.

Dicho esto... ¿A quién crees que castigas de verdad?

- Bueno, visto así... Pero me has lastimado, y si me olvido me lo volverás a hacer; debo estar prevenida.
- Lo único que debes hacer es pensar por qué lo he hecho, buscar la causa, pensar si tu pudieras haber hecho lo mismo, y si supieras el daño que causaste ¿lo volverías a hacer?

- Te perdono...

Siempre cambiando...no cambias más

Lo estático nos aporta seguridad; o por lo menos eso queremos pensar.
Nos gusta creer que algo durará para siempre.

Hacemos constantemente contratos para mantener lo que estamos viviendo ahora. Casamientos, contratos de trabajo fijos, hipotecas, entre otros. Todo esto nos aporta una seguridad ficticia, pero a la cual nos aferramos. "Juntos por siempre".

Deseamos perpetuar la juventud. Nos aferramos a etapas, personas, situaciones.

Tendemos a planificar con mucho tiempo de antelación... Idealizamos, programamos.

Pero la gran pregunta es: ¿de dónde sacamos esta descabellada idea? ¿Quién realmente quiere vivir sin sorpresas, sin cambios de última hora?

Nosotros mismos cambiamos constantemente, desde que salimos del vientre de nuestra madre.

Ya lo decía Heráclito: "Lo único permanente es el cambio"

"Yo soy yo desde que nací, pero no pienso igual, no siento igual, mi aspecto físico no es el mismo; por lo tanto yo soy el cambio constante."

Seguimos vivos a pesar de tantos cambios. Tenemos una capacidad innata de adaptarnos al medio.

¿Por qué tenemos miedo a los cambios? Los cambios es lo que nos hace crecer.
El aprendizaje viene siempre de algo nuevo. No podríamos aprender de algo que fuera siempre igual, o que nos generará lo mismo siempre.

Si no existieran los cambios, o los riesgos la vida no sería divertida.

¿Dónde iría esa sensación previa a una decisión?: "¿Qué hago? ¿Lo hago o no? ¿Qué pasará?"
Y, ¿la sensación de después?: "Ah! al final salió todo bien, no cómo esperaba pero mejor así!"

La seguridad verdadera es la confianza del ser, confianza en uno mismo y en nuestra capacidad.
Lo estático es simplemente una ilusión. Despierta!

Sal de tu zona de confort ya! Ves a disfrutar de la vida!!!


jueves, 28 de agosto de 2014

El sabio


Después de varios días caminando bosque adentro, ya no dudaba...

Recordaba el momento de la decisión, cada detalle de aquella discusión que hizo que me replanteara todo. 
Hasta ese día había sentido mucho miedo; "¿qué pasaría?" "¿lograré superarlo?". Pero, a diferencia de otras veces, ésta vez sentía que el miedo se iba y daba lugar al coraje. Un coraje que me empujó salir.

Eran las 6:00, mi mano abría la puerta. 

Había pasado toda la noche llorando, había sido una noche muy oscura. Creo que nunca había sentido tanto dolor. 

Un dolor que, al sentir la brisa mientras caminaba sin rumbo, se iba transformando en alegría.

No sabía a dónde ir. Miré alrededor y ví árboles. 
En ese momento, recordé la historia que me contaba mi abuelo de pequeña; explicaba que en ese bosque habitaba un sabio. 
Un sabio que no se había dejado corromper por los valores vacíos de la sociedad. El sabio, según lo que decía el abuelo, conocía la verdad y la trasmitía sin palabras; se comunicaba con árboles, animales y elementos solamente con la intención.

La leyenda contaba que quién lograra encontrarlo sería ayudado para encontrar su camino.

Así que corrí hacia el bosque. Con la esperanza de encontrarlo. 

Después de unas horas, comencé a dudar. Dudaba lograr sobrevivir. Nunca había pasado una situación parecida, nunca había estado sola y menos en un medio tan "salvaje".

Mi mente empezó a dar vueltas, pensamientos venían y se iban. No callaba. 
Comencé a llorar. 
Lloraba por todo y por nada a la vez. Me sentía sola y acompañada, asustada y fuerte. 
Era como si supiera que debía hacer lo que estaba haciendo, pero, cómo si algo se resistiera.

Esa sensación me duro varios días. Durante las noches se intensificaba, y al amanecer disminuía.
Las provisiones se acababan y sentía hambre. 

Hasta que un día ya no dudé. 
Sabía que debía seguir. 
Sabía que todo iba a ir bien.
Y, a pesar de no saber en qué, confiaba ciegamente.
Me sentía arropada por los árboles. 

Podía sentir la presencia los animales; me daban la bienvenida con cada paso.

El viento me susurraba, tocaba mi piel; hacía que me sintiera libre.

Era imposible sentir miedo, el entorno me protegía. El bosque me daba calma. 

El bosque había dejado que viviera mis peores pesadillas, y también mi despertar.

De repente lo había entendido, el sabio era el propio camino.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Había una vez...

Todo empezó cuando el fruto cayó al suelo....

Una vez ahí, comenzó la descomposición, la necesaria para que las semillas que están dentro puedan activar las enzimas y así comenzar la germinación...
Sin muerte no hay vida...Sin vida no hay muerte...Bienvenidos a la dualidad de esta Era...

Poco a poco la semilla comenzó a sentir el calor de la tierra, la humedad que la envolvía...Y después de unos cuántos días simplemente decidió nacer....
Las primeras en salir siempre son las raíces, la que la aferran a la Madre Tierra.

A partir de ellas absorberá nutrientes y agua; pero también será el medio de comunicación con el resto de seres. Las raíces son las bases...

A medida que las raíces se hacían fuertes, siente la necesidad de salir a la superficie. Nace el tallo. 

El tallo será la rama central, la más ancha, de dónde nacerán el resto de ramas. 

La semilla se va transformando. Dejará de ser una semilla en breve. Sin miedos sin dudas deja que la naturaleza siga su curso. No se pregunta a quién debe parecerse, o qué debe hacer. Confía en que está cambiando y que es para bien.
Siente como, poco a poco, ya no es un brote, ahora es una pequeña planta.

Disfruta de la suavidad de sus ramas y de sus hojas. Del Sol que la saluda cada mañana y del contacto con la tierra. Le encanta cuando llueve, la lluvia la refresca, limpia sus hojas y humedece sus raíces.

Se siente bien siendo ella misma, sabe que cada día es nuevo, y trae nuevas sensaciones.
Pero no tiene miedo, no hay dudas. Algo le dice que será un árbol fuerte. Aunque, si por lo que fuera, no llega a serlo, tampoco se pre-ocupa. 
Sabe que estará bien allí donde esté. Confía en la sabiduría de "eso" que le dió la vida

Esta "no pre-ocupación" le permite disfrutar del presente. Agradece a la vida el sitio que escogió para ella. No se apena por el fruto que le dió la vida y ya no está, sabe que todo tiene una razón; y todo ha pasado como tenía que pasar.

Esta planta adulta, ya observa a las otras. Admira sus formas, sus colores, sus aromas. Sabe que cada una es única y especial, por eso las respeta y se alegra de que vivan todas en armonía.

Sus raíces son cada vez más fuertes, al igual que sus ramas. Nota como el tronco cada vez es mas grueso, cómo la savia corre por sus adentros.

Otros seres se acercan a admirarla y la animan a seguir creciendo. Cada vez es más fuerte, y más sabia.
Aporta tranquilidad a su entorno.

Las estaciones van pasando, el paisaje va cambiando y ella esta ahí para verlo y apreciarlo.

Ella también cambia con el pasar del tiempo.
Sus hojas caen, y vuelven a crecer. En primavera se llena de flores, luego vienen los frutos...

El ciclo de la vida se realiza a través de su Ser...

Un día escucha que alguien se acerca y dice: "Aquí, debajo de este árbol"

¿Árbol? ¿Cuánto tiempo habría pasado ya desde la caída de aquel fruto?

Amo mi cuerpo

Sí, lo amo. Y no de esa forma superficial, lo amo profundamente...

No pienses que es narcisismo, este amor proviene de mi ser. El Ser que habita este cuerpo que lo necesita para poder vivir en esta realidad. 

Todos sabemos que no somos nuestros cuerpos, sabemos que son vehículos orgánicos que hacen posible nuestra vida aquí en la Tierra.
Por eso es mi agradecimiento. 

Miles de seres vivos microscópicos se agrupan para crear algo más grande, con un orden y equilibrio.

Se encargan de todo, para que la estadía sea de lo más placentera y duradera.

Nuestro cuerpo esta programado para sobrevivir, y es terriblemente estricto en eso.
Necesita verdaderamente poco para mantener el equilibrio. Podríamos decir que es casi autónomo; ¿te imaginas cuántas funciones se realizan en tu cuerpo constantemente sin que ni siquiera seas consciente? Desde respirar, mantener tu equilibrio mientras estás de pie hasta controlar la temperatura para que sea correcta. 

Si prestaras atención a tu cuerpo por segundos, te maravillarías. 
Se te quitarían las tonterías.

Aunque hay un "pequeño problema" que nuestro cuerpo tiene: nosotros somos su ser adorado, con todo lo que eso conlleva. 
Nosotros siempre tendremos la última palabra. 
Decidimos cómo alimentarlo, dónde vivir, qué respirar, cómo sentirnos... Y todo esto puede ayudar o perjudicar a nuestro organismo.

Él nos conoce desde que encarnamos, ha nacido y crecido para nosotros. Y nuestra energía está en cada una de sus células. Somos su referencia. 

Nosotros lo elegimos con sus características y él responde a la perfección.
Conoce nuestra misión, qué debemos aprender, qué experimentar, y hará todo lo posible para que no nos alejemos del camino, enfermándose si es necesario.

Lo intentamos modificar, lo torturamos, lo llenamos de toxinas, no le damos lo que él necesita, se lo ponemos bastante dificil; pero aún así no nos abandona, sigue ahí intentando mantener el equilibrio para que continuémos con la vida.

Mi cuerpo es una de mis más valiosas herramientas. Gracias a él puedo experimentar la 3D. 
Soy capaz de sentir música y bailarla. 

Que mis pelos se pongan de punta al mi piel contactar con una caricia. 
Que un aroma me haga viajar en el tiempo y el espacio. 
Que un abrazo me emocione hasta las lágrimas.
Puedo nadar, correr, volar! 
Saborear, reir, gritar! 
Dibujar, tejer y escribir!
Gracias a él puedo dar vida a otros seres!

Todo lo que quiera y más, es posible...

Mi cuerpo me ama más allá de todo, a pesar de todo. Por esto y mucho más yo también lo amo.

martes, 26 de agosto de 2014

Creer para ver

¿Qué necesitas ver para poder creer?

Esta pregunta la llevo arrastrando desde hace mucho tiempo.

Estoy rodeada de seres maravillosos, poderosos, capaces de realizar todo lo que quieren. Pero como no creen en ellos mismos, se sienten perdidos.
Yo veo su luz, pero, a pesar de que se los digo, no se lo creen.

Los entiendo, comprendo su forma de ver la vida, su forma de relacionarse. Pero también conozco su esencia. Siento su amor. Veo su potencial. Y casi puedo tocar la hermosa energía que desprenden.

Intento llamar su atención, pero nada, no lo creen. Están ofuscados en ese pequeño reflejo de sí mismos.

Paradójicamente, creen todo lo contrario a la verdad. Creen que son pequeños,  frágiles, que están solos, que no pueden cambiar su vida, que merecen la poca abundancia que tienen, que son culpables, que no deben confiar en otros seres, que son un cuerpo mortal destinado a nacer, crecer y morir, que son víctimas de enfermedades incurables y que ellos nada pueden hacer al respecto.

Parece de locos. Semidioses que no ven lo que son.

Lo mejor, es que poco a poco vas despertando. Poco a poco te escuchas más. Ahora sabes que eres el responsable y el beneficiario de tu vida. Reconoces tu valiosa capacidad de cambiar todo aquello que quieres. Cada día te amas un poco más.

"Tú la luz. Tú la lámpara"

Despierta, obsérvate y alégrate. Todo fue un sueño. Sigues siendo igual de poderoso.




Trabajo final de carrera....


El trabajo de final de carrera se realiza en la Tierra...

- ¿Qué?!- exclamó la clase entera
- Eso es pasarse - comentó una alumna
- Conozco a muchos que se les ha hecho en una eternidad, es muy dificil - explicaba otro
- ¿No podemos ir a Orión? Me han dicho que ahí están más evolucionados...No hay tanto primitivo

- Silencio! La Tierra será el destino. Quienes quieran aprobar tienen que ir a este hermoso planeta y convivir con sus especies, entre ellos los seres humanos.
Ahora mismo está cambiando de dimensión, pasa del 3D al 4D y es un excelente lugar para evolucionar; además necesitan ayuda.

- Pero, ¿tendremos tutores?
- Si, los tutores se quedarán aquí. Y podrán conectar con ellos cuando quieran. 
- Me han contado que es muy dificil conectarse con ellos una vez has llegado a la Tierra. Dicen que una vez bajas, te olvidas de todo.... bueno de casi todo
- Es verdad, es muy fácil desconectarse, deben de pasar muchas pruebas, y estar atentos. Pero no es imposible; ya que nunca se desconectan completamente.

- Y ¿si no logramos conectar? 
- Pues, se reencarnarán hasta que lo logren.
- Pero eso puede llevar mucho tiempo!

- Todos sabemos que el tiempo no existe como lo estás planteando. 
- Pero será muy duro!

- Bueno, por favor, que cada uno escoja el sitio donde encarnará, sus padres y las características que desea que su cuerpo humano tenga.

Tengan presente todo lo que deben aprender y experimentar.

No se olviden de poner situaciones extremas que sirvan para reflexionar por las dudas que se pierdan.
Pueden generar que vuestros caminos se crucen para aportarse más alegría, seguridad y confianza.

Utilicen palabras claves, para que les resuene; "meditación", "luz", "relajación", "Yo Soy", "Om" son las más usadas. 

Guarden conexión con lugares sagrados: espacios naturales (mar, montaña, cuevas, ríos), templos.

Recuerden que es un trabajo de equipo, reencarnarán juntos siempre, como familia, amigos, conocidos.
Una ve tengan todo preparado, comprueben que vuestros corazones guardan vuestra esencia y la conexión directa con el centro del universo.

Aprenderán sobre miedo, culpabilidad, juicios, dudas, soledad, rencor, venganza, codicia, entre otros.

- ¿Cómo? Experimentar eso es "evolucionar", pensaba que esos sentimientos eran de seres primitivos.
- Sí, sólo así podrán evolucionar. Las pruebas serán duras, os perderéis muchas veces, os sentiréis abandonados y dudaréis de la verdad. 
No se olviden, van al mundo de las ilusiones!

Pero ¿qué es la luz sin la oscuridad?

Buen viaje y buena suerte compañeros!

¿Así empezó todo?

- Tengo un proyecto. A ver que te parece...
- A ver, cuéntame...
- He pensado en reunirnos para crear algo más grande. He visto que ya hay mucho de nosotros que se están organizando, y les va mejor.
Empezaron siendo dos, como nosotros, pero poco a poco van aumentando. Trabajan como un equipo. Se ayudan, se acompañan, cooperan. No hay competencia, no hay reproches ni juicios.

Cada uno tiene su especialidad y comparten conocimientos. Nadie vigila el trabajo de nadie, cada uno sabe perfectamente lo que tiene que hacer y lo realiza a la perfección. Se comprometen con su actividad. Y dan lo mejor de si mismo para que salga adelante.

Y lo mejor de todo, es que lo hacen todo por amor. Dan su vida por el grupo. Están unidos en todo, no se separan, aunque sigan siendo individuales.

Pertenecen a algo mucho más grande que ellos, que los identifica, y luchan por su bienestar. Se sienten seguro.
Son felices.
Hay órganos pensantes, otros que se encargan de los residuos, otros que aportar energía al resto; en fin, hay un grupo para cada actividad....
He visto agrupaciones más pequeñas de la que yo te estoy planteando, que ya funcionan...
Bueno, ¿qué me dices?
- Me parece que vuelas muy alto. Solamente somos dos células eucariotas, para organizar millones de nosotras, como cuentas, es imposible. Y ¿dar vida a algo más grande? La idea está bien, pero ahora mismo no lo veo. Supongo que tendría que romper muchas barreras para pensar así.
A parte, no te olvides de los virus. Ellos no son como nosotros, no nos dejarían. Lo veo muy complicado.

- Bueno, te entiendo. Sé que se necesita tiempo, pero creo que estamos destinadas a evolucionar. Mi proyecto se llama: "Ser Humano"



.... continuará

Yo Soy, ¿qué Soy?

"No eres solamente un cuerpo, eres lo que le da vida a ese cuerpo."- me dijo.

A partir de ahí, mi visión de todo cambió. "¿Cómo que no soy un cuerpo?"

Si no soy un cuerpo, todo lo que tenía sentido ya no lo tiene.

¿Y qué es lo que le da vida a mi cuerpo? ¿Mi mente? ¿Soy una mente?

No, no puedo ser una mente si puedo hablar de ella...

¡¿Qué soy?!

Bueno, sabiendo lo que NO soy puedo hacerme una idea...

Un Ser, que tiene un cuerpo, una mente y unas emociones. Capaz de sentir, de pensar, de expresar.

Soy capaz de crear una realidad virtual, a partir de estímulos que recogen cada uno de mis sentidos. Una realidad que es diferente al resto de los seres, aunque los estímulos sean los mismos. 

Puedo decir que soy el observador y el creador de mi realidad.

Y si hay algo que no me gusta, ¿puedo llegar a cambiarlo? Supongo que funcionará igual.

Si no soy solamente un cuerpo, soy algo más. Seguramente con más capacidades de las que conozco hasta ahora....

Me encanta esta idea, me hace sentir bien. 

A veces pienso, que cada uno de nosotros vivimos dentro de nuestras burbujas.

Burbujas iguales por fuera pero distintas por dentro. 
Cada una tiene sus características... Nosotros las creamos y nosotros las protegemos. No queremos que nadie las modifiquen, no dejaríamos que nadie la pinche....

Pero lo que sí podemos hacer es agrandar nuestra burbuja tanto como queramos... Hasta que decidamos reventarla desde dentro

Como si de un pollito queriendo salir de su huevo se tratara. Si lo rompen desde fuera, corre el riesgo de morir....

Y ¿cómo hago para agrandar mi burbuja?
Pues uniéndome a otras burbujas. Primero busca las que tienen algo en común, acércate y espera. Observa, escucha, admira a su propietario; empatiza con él. 

En el momento del abrazo sincero, sin juicios, sin culpas, de amor puro, tu burbuja habrá doblado su tamaño....


lunes, 25 de agosto de 2014

El cambio empieza dentro

¿Qué pasaría si de repente nos aceptáramos a nosotros mismos?

Nos aceptáramos tal cual somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes...

Con lo que tenemos, con lo que somos...

Ya no buscaríamos ser otra persona, no nos compararíamos. La competencia desaparecería.

La publicidad quedaría obsoleta; ya no me quiero parecer a nadie. Soy feliz siendo yo mismo...

La moda no sería moda. Dudo que hubieran modelos...

Los gimnasios se vaciarían de personas ultrahormonadas.

" Ya no tengo que intentar gustarle a alguien. Conozco mi valía, emano seguridad y eso gusta a todos"

La vergüenza sería algo del pasado.

La confianza entre humanos aumentaría.

La cooperación sería la nueva actitud.

Las drogas tendrían otra función...

No habría maltratos, ni venganzas, ni enfados. 
Porque al aceptarnos a nosotros aceptamos a los otros.

Incluso la palabra "Perdón" quedaría obsoleta. ¿Perdonar qué?