lunes, 22 de junio de 2015

Cualquier momento es bueno; justo el de ahora, el mejor

Cualquier momento es bueno para tomar consciencia. No hace falta retirarse muy lejos, ni estar en silencio, ni estar solo. Simplemente basta con querer.
La intención es lo que cuenta.
Pero, ¿qué significa "tomar consciencia"?
Tomar consciencia es tomar el mando de tu percepción. Como si apretaras "Ctrl + Alt + Supr" para saber que programas están funcionando en ese momento. Así como tu ordenador sigue en marcha, tú también, pero sabiendo qué está pasando.
Obviamente no sale todo a la luz (los virus están escondidos) pero si lo primero que debemos saber.
Imagina una cebolla; hasta llegar al centro hay que pasar por las capas exteriores, quitándolas poco a poco, pues en nosotros pasa igual. Y, si, también derramamos lágrimas.
La única diferencia es que para llegar al centro de nosotros mismos podemos estar toda la vida; ya que algunas capas preferimos no quitarlas....

Entonces, ¿cómp hago para tomar consciencia ahora?

Ahora es el mejor momento. Primero, mira a tu alrededor; ahora mira tus manos; siente tu respiración.... Obsérvate por un momento; disfrútalo....
Poco a poco ves observando tus pensamientos, sin engancharte...
Sonríe... Siente los músculos de tu cara.
Vuelve la atención a tu respiración; y con cada inspiración y espiración cuenta...
"Inspiro-espiro--1; inspiro- espiro--2; ...." Y así hasta 21. Cuando lleguesa 21 vuelve a empezar.

No esperes nada, simplemente obsérvate. No estamos cambiando nada; solo prestamos atención..

Siempre puedes realizar este ejercicio. Con el practicas la focalización de tu atención y evitas que tu mente se disperse con millones de estímulos externos y pensamientos internos..


domingo, 21 de junio de 2015

Asumiendo...

Cuestionarse es el primer paso. Acostumbrados a aceptar, de repente alguien, una idea, una persona nos hace cuestionarnos.

Una vez damos este paso, ya no hay marcha atrás. Podemos intentar seguir como antes, pero nada será lo mismo. Podemos demorar el siguiente paso muuuucho tiempo, no hay prisa, pero dentro de nosotros, paralelamente, se está moviendo algo, llamémosle inconformismo...que por suerte, es muy incómodo y no nos deja en Paz...

Si somos valientes, después del primer paso, empezamos a buscar respuestas. Las primeras preguntas son encabezadas por "cómos", "por qués". Seguidamente hay un bache, a casi todos nos pasa, y está guiado por  nuestro ego. Durante este período echamos culpas a nuestro entorno, a nuestra familia, a nuestros educadores, a la sociedad.
Y digo que es un bache, porque esto no hace más que retrasar el camino. Nunca podremos seguir adelante si no tomamos la responsabilidad de nuestra vida.
Pero claro, esto no es tan agradable como cuando nos sentimos víctimas. "Es que mis padres"; "pobre de mi".
Tomar la rienda de nuestra vida es asumir responsabilidades, asumir que yo he de ser consecuente con mis actos, y sobretodo he de ser consecuente de mis percepciones. He de entender que nada es lo que yo creo que es; he de darme cuenta que nadie tiene la verdad absoluta porque nadie puede percibir la realidad al 100%; siempre nos limitan nuestros sentidos, nuestro cerebro, y nuestros programas mentales.

¿Me estás diciendo que yo soy responsable de esta enfermedad? Si
¿Y que yo soy responsable de no tener el trabajo que quiero tener? Si
¿Y que yo soy culpable de no tener dinero para llegar a fin de mes? No, no eres culpable, eres responsable.

Estos términos a veces se confunden. Mientras que la responsabilidad es una habilidad, que se puede desarrollar, la culpabilidad es un invento de nuestro cerebro.

¿Y cómo lo hago?
Primero comienza a observarte; observa tus pensamientos, tus actitudes, tus respuestas, tus actos. Una vez que detectes los bucles que retroalimentan tu victimismo o tu culpabilidad, córtalos. Tú eres quien ha aceptado esta situación, y solamente tú eres quién lo puede cambiar. Obviamente puedes pedir ayuda, pero no delegues más. Asume que eres el Elegido :)

jueves, 18 de junio de 2015

Una entrevista diferente...



- Hola, gracias por atenderme, hace mucho que quería contactar con alguna de vosotras. Me interesa mucho vuestro punto de vista.
- Encantada de estar aquí! La verdad es que para nosotras es un placer también.
- Sé que te queda poco tiempo de vida, cómo estás?
- Si, es verdad, dentro de poco dejaré este cuerpo; pero estoy feliz. Como siempre. Sé que pronto volveré.
- Crees en la reencarnación?
- Claro, igual no de la misma forma que tú; pero sé que volveré, y eso me da la Paz que tengo.
- Bueno, cuéntame cómo ha sido tu experiencia aquí.
- Ha sido estupenda, desde el primer momento. Somos muchas, y trabajamos al unísono, nos respetamos, nos ayudamos. Siempre me sentí segura.
- Tengo entendido de que hay diferentes grupos aquí; ¿nunca han tenido conflictos?
- ¿Conflictos? (Ríe) Perdón, pero nosotras no tenemos objetivos individuales, sabemos que nuestras vidas están unidas y por eso siempre tenemos presente que formamos parte de algo más grande.  Si hay algún problema, o alguna de nosotras no está bien, la ayudamos, la acompañamos. La vida de otro ser es igual de importante que la nuestra; incluso si ese ser se ha desviado se su misión.
- La misión, eso quería preguntarte...¿Cómo sabes cuál es tu misión?
- Es algo que es dificil de explicar, nacemos con ella. Sabemos lo que tenemos que hacer, resonamos con la misión. Hacemos lo que sentimos y eso justo es lo que debemos hacer.
- ¿Crees en Dios?
- Creo que pertenezco a algo más grande, donde mi consciencia no es capaz de llegar, pero mi intuición si lo siente.
- ¿Tienes miedo a la muerte?
- No, para mi la muerte es un paso más. Vivo el momento, el ahora, no tengo miedo, no hay nada que temer.
- ¿Podrías decirnos tu nombre?
- Los nombres son etiquetas, prefiero decirte que soy una de las tantas células de tu cuerpo; somos millones, y nuestra misión es tu bienestar y supervivencia. Te damos las gracias por escucharnos. Nosotras somos un ejemplo de que si se puede cooperar para un objetivo superior.