Trabajamos para poder vivir, para poder comer, pero casi no tenemos tiempo de vivir, y menos de comer.
Trabajamos para tener dinero. El dinero nos aporta seguridad. Pero, a veces, trabajamos tanto que nos enfermamos y ese dinero ya no nos sirve para nada....
Está bien visto estar estresado. Parece que así eres más importante. Estar ocupado, no tener tiempo para ti, para tus hobbies, no tener tiempo para estar con tu familia, te convierte en alguien importante.
Sin tiempo para ver a tus hijos crecer, sin tiempo para disfrutar de los pequeños placeres.
El mundo al revés.
Y, al final, ¿para qué?
¿Realmente ese dinero te está dando la felicidad?
¿Crees que con menos dinero podrías vivir?
Y si la respuesta es: "Si, podría, pero no viviría bien"; pregúntate qué es vivir bien.
Nos han programado para ser máquinas, pero realmente no lo somos. Somos seres espirituales en una experiencia humana. Y, aunque lo intentemos, nada nos da más felicidad que el encuentro con nuestra esencia, con nuestra creatividad. Los "lujos materiales" nos dejan regusto amargo, por eso siempre queremos más; nunca nos saciamos.
Si puedes recordar cinco momentos felices en tu vida, piensa en qué tienen en común. ¿El lugar, la ropa que llevabas, lo qué comías o el dinero que tenías en ese momento, eran factores determinantes?
Busca la coherencia en tu vida:
Haz solamente lo que quieras, está con realmente quién quieras y vive como tú sientas que debes vivir; es tu vida, no lo olvides.
Recuerda que la incoherencia nos enferma.
Disfruta de tu tiempo, olvídate de lo que los demás opinan, simplemente se tú.