lunes, 29 de septiembre de 2014

El poder de la coherencia

Todos aquellos que vivimos en la ciudad convivimos con la incoherencia.

Trabajamos para poder vivir, para poder comer, pero casi no tenemos tiempo de vivir, y menos de comer.

Trabajamos para tener dinero. El dinero nos aporta seguridad. Pero, a veces, trabajamos tanto que nos enfermamos y ese dinero ya no nos sirve para nada....

Está bien visto estar estresado. Parece que así eres más importante. Estar ocupado, no tener tiempo para ti, para tus hobbies, no tener tiempo para estar con tu familia, te convierte en alguien importante. 

Sin tiempo para ver a tus hijos crecer, sin tiempo para disfrutar de los pequeños placeres.

El mundo al revés. 

Y, al final, ¿para qué?

¿Realmente ese dinero te está dando la felicidad?

¿Crees que con menos dinero podrías vivir?

Y si la respuesta es: "Si, podría, pero no viviría bien"; pregúntate qué es vivir bien.

Nos han programado para ser máquinas, pero realmente no lo somos. Somos seres espirituales en una experiencia humana. Y, aunque lo intentemos, nada nos da más felicidad que el encuentro con nuestra esencia, con nuestra creatividad. Los "lujos materiales" nos dejan regusto amargo, por eso siempre queremos más; nunca nos saciamos.

Si puedes recordar cinco momentos felices en tu vida, piensa en qué tienen en común. ¿El lugar, la ropa que llevabas, lo qué comías o el dinero que tenías en ese momento, eran factores determinantes?

Busca la coherencia en tu vida: 

Haz solamente lo que quieras, está con realmente quién quieras y vive como tú sientas que debes vivir; es tu vida, no lo olvides.

Recuerda que la incoherencia nos enferma.

Disfruta de tu tiempo, olvídate de lo que los demás opinan, simplemente se tú.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Cómo actuar ante un problema

Preguntas que me debo hacer ante un problema

- ¿Qué es lo que me está pre-ocupando?
- ¿Está ocurriendo ahora? O es algo que puede ocurrir en unos días, meses. (No me refiero a la preocupación, que seguramente la tienes ahora, sino al problema).
- ¿He pasado por un problema de similar características anteriormente?
-¿Se ha solucionado el problema anterior?
-¿Puede que esté frente a un problema que se repite?
- ¿De qué forma actué la última vez?
- Teniendo en cuenta, que si sigo haciendo lo mismo tendré iguales resultados, ¿por qué no pruebo con buscar otra solución?
- Ahora no veo la solución, ¿será porque estoy mirando de muy de cerca?..
Voy a alejarme un poco. Veo mi vida desde arriba. Sigo subiendo, me alejo un poco más. Un poquito más.
- Mmm ahora, ¿Qué veo?

Quédate ahí mirando. Simplemente observando. Observa tu entorno. El orden en el que todo se mueve. Intenta mover esta imagen a un momento en el pasado. Ese día que tenías un problema similar. Adelanta hasta que llegó la solución.
¿A qué no vino desde el sitio que estabas esperando? Apareció de repente, sin esperarla.

¿Lo oyes?
Escucha atentamente…..

”Todo pasa por algo, todo es para bien, hay algo en esto de lo que debes aprender”

Ahora que ya has dejado de pensar en eso que te pre-ocupa, ves a realizar algo que te encante. Bailar, cantar, caminar, dibujar, hablar con alguien; da igual lo que sea, ves y hazlo.

Desconecta del problema lo suficiente para que la solución te coja desprevenid@.

Que tengas un buen día y una feliz existencia ;)

Nota informativa: los “problemas” en realidad son pruebas. Pruebas para romper nuestros esquemas, nuestros límites, para abrir nuestro nivel de consciencia.
A veces ese malestar aparece para que tomemos cartas en el asunto, para que cambiemos aquello que no nos gusta.
Seguramente nos habremos desviado del camino y el problema aparece para encaminarnos.
Si tomamos el problema como un castigo, o nos ponemos en el papel de víctimas, no podremos nunca llegar a la solución.
¿Y si nosotros mismos somos los que hemos atraído ese problema para despertar?
¿Y si esta situación no hace más que sacar a la luz esa fuerza y lucha que tanto esperaba ver?
Sobretodo, no dejes de pensar en el problema como tu amigo, tu prueba, tu examen.

En el caso de que se repita, será que el camino que elegiste no era el más adecuado para ti.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Aquí y ahora



Todos los seres humanos tenemos una capacidad asombrosa de exagerar cosas sin importancia, y, a su vez, de no valorar las que realmente sí lo son.

Nos enredamos en una maraña de pensamientos, ideas, que defendemos, seguimos y somos capaces de discutir y atacar por ellos; pero, ¿realmente eso es importante?

Somos capaces de crear barreras invisibles para separarnos de otros iguales a nosotros. 
Defendemos lo indefendible. Atacamos lo inatacable. Juzgamos ilusiones.
Gastamos nuestra energía, invertimos nuestro tiempo en cosas sin importancia.

Nos acostumbramos a mirar la tele. 
Miramos películas o series: historias inventadas, o basadas en hechos reales, pero que no están sucediendo en nuestro aquí y ahora.
Miramos programas de corazón: donde otros cuentas sus historias, o su versión de los hechos.
Miramos programas de deportes: donde otros juegan, nosotros no movemos ni un músculo, pero somos capaces de perder o ganar con ellos.


Todo esto está bien, es divertido y puede ser muy útil para tu crecimiento, siempre y cuando sepas que no es real

Mientras sepas que esto es una ilusión, una gran forma de entretenernos, y de manipularnos. De mantenernos mirando hacia el exterior. Para que no paremos ni un segundo en preguntarnos cómo nos sentimos, si estamos dónde nos gustaría estar, y si somos felices.

Nos venden una idea de felicidad que no corresponde con la que nosotros sentimos.

Ya hemos comido lo que nos dicen, nos vestimos como deberíamos, tenemos el coche, la casa y la pareja que tendríamos que tener, pero aún así no nos sentimos igual que en la tele.

Hasta nos muestran como deberíamos tener sexo, pero todos sabemos que el porno no es real.

Nos gustan que nos cuenten historias de otros, desde pequeños nos las cuentan. Historias con finales felices.

Nos explican una y otra vez los trucos de imagen, cómo se pueden manipular las fotos. Nos hablan claramente del Photoshop, y aún así nos siguen vendiendo cremas milagrosas, maquillajes increíbles, que seguimos comprando porque confiamos en ello.

Desconectemos de esa ilusión y conectemos con eso que está en nuestro interior.

Valora lo que sí es real e importante: tu vida, tu familia, tu entorno. Lo que está pasando aquí y ahora



viernes, 19 de septiembre de 2014

Veo veo... ¿qué ves?


- ¿Qué es una mesa?
- Un mueble, compuesto por una tabla y patas que la sostienen. Sirve para escribir, comer, jugar, etc.
- Y cuando yo digo "mesa", ¿en qué piensas?
- En la mesa de mi casa.
- ¿En qué crees que piensa cada persona cuando digo la palabra "mesa"?
- En "sus mesas".
- ¿Estás de acuerdo conmigo entonces en que la palabra "mesa" solamente es un "botón" que activa un pensamiento relacionado con experiencias personales?
- Si, pero no entiendo a dónde quieres llegar.
- Según nuestras experiencias, nuestras vivencias, creencias, ideas; cada cosa que vemos tiene un significado "personal". Una carga emocional única.

Todos entendemos qué es una mesa, pero cada uno de nosotros lo relacionamos con algo diferente.
Nuestra mente es capaz de generar recuerdos relacionados con el objeto mencionado.
Y esos recuerdos pueden ser agradables o desagradables.
Por eso a veces discrepamos, discutimos, nos enfrentamos.
Porque no todos compartimos las mismas experiencias con el mismo objeto.

Siempre que te veas tentado a enjuiciar a alguien, criticar sus actos, o atacar por algo que ha dicho; utiliza tu capacidad de "salir de la experiencia", obsérvate desde fuera, desde arriba; e intenta entender cuál es la relación que esa persona está realizando.

Te darás cuenta que tú también has hecho una relación, por eso te has visto envuelto en esa crítica, digamos que por eso "has saltado".

Esta herramienta la puedes utilizar siempre que quieras.

Criticar nos quita energía, nos agota, nos encierra en nuestra burbuja.

La empatía nos acerca, abre nuestra consciencia, nos ayuda a entender el mundo y a los seres que nos rodean; aparte de cargarnos de energía y gratitud.

Pasa de tener un "punto de vista" a un "espacio de vista". Amplia tu mundo.

Recuerda que siempre eres tú quién decide tu estado de ánimo; eres el único responsable de tu vida.

jueves, 18 de septiembre de 2014

En marcha!

De repente te encuentras infeliz.
No sabes como llegaste a tener esa sensación.
Hiciste todo lo que los demás te dijeron: estudiaste una carrera, conseguiste un trabajo bien valorado, tienes tu casa, un coche, tu pareja.... pero te sientes incompleto.
Sabes que mucha gente pagaría por tener algo como lo tuyo. Todo el mundo te dice que eres afortunado, pero aún así no eres feliz.
Puede que incluso te sientas injusto, "me quejo cuando lo tengo todo".

¿Dónde me equivoqué?

O, mejor, ¿cómo puedo hacer para arreglarlo?

Digamos que este punto no es nada agradable, algunos de nosotros fuimos mejor programados que otros, y salirse de lo establecido cuesta.
Lo positivo, es que si ya te has planteado tu "no felicidad", ya no hay marcha atrás.
Es como si hubieras activado un dispositivo de "busca tu felicidad" que hay dentro de ti; el cuál no parará hasta que cambies todo aquello que te aleja de ese estado.

Hay gente que sabe más o menos por donde tirar: "A mi me hubiera gustado ser panadero, pero no me dejaron"
Hay otros que no tienen ni idea.
Incluso, hay muchos que no saben ni qué les gusta...


Por eso, uno de los métodos para saber "¿qué me haría feliz?" es el siguiente:

Imagina por un minuto, que tuvieras la oportunidad de cambiar todos los detalles de tu vida. Nadie espera nada de ti, ni tu de nadie, simplemente puedes cambiar todo aquello que no te guste. Puedes cambiar de trabajo, de actividades lúdicas, de personas que te rodean, de pareja, de lugar dónde vivir.
Haz los cambios sin miedos, sin dudas, sin "eso sería imposible".

Imagina esas actividades que no necesitarías dinero para realizarlas....

Simplemente sueña. Durante un minuto, o lo que creas necesario.

Cuando lo tengas, escríbelo. Léelo nuevamente. Y modifica todo aquello que quieras.
Eres el arquitecto de tu vida, puedes poner y quitar a tu antojo.

Cuando acabes, obsérvalo. Observa tu sueño.

Mira a que distancia estás de alcanzarlo.

Marcate pequeños objetivos para llegar. Poco a poco, sin prisa pero sin pausa.
Te lo mereces, es tu sueño.
No uses excusas como " es imposible"; está demostrado que si se puede imaginar se puede realizar.

Agradece que estás vivo y puedes ir a por él.
Ponte en marcha; es tu momento!


miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿De qué lado estás?

¿Qué vida vivo?

¿La que quiero o la que esperan de mi?

¿Qué realmente quiero?

Llega un momento en nuestras vidas que estas preguntas salen sin más. Aparecen, normalmente, en momentos de insatisfacción. 
Es muy difícil que alguien de nosotros se pregunte esto en un momento de placer. 
Y por esto, creo sinceramente, que las experiencias más positivas son las dolorosas.

Somos seres viviendo una vida dual, y tendemos viajar de un extremo a otro constantemente. 
Catalogando nuestras ideas, experiencias y situaciones. 
Pero no nos paramos a pensar lo que realmente está pasando.

Sabemos que la felicidad es el estado deseado, pero gracias a la tristeza nos planteamos cambios. 
Muchas veces confundimos felicidad con placer, o felicidad con alegría.

Y esta confusión aumenta cuando después de un momento alegre sucede uno triste. Nos apegamos a los "positivos" y rechazamos los "negativos".
Sin darnos cuenta, que la felicidad es simplemente ser neutral. Vivir las experiencias como lo que son, experiencias.

Vivimos en una era donde los placeres están a la orden del día. Y esta capacidad de apego no nos ayuda. Ya que la oscilación es inevitable, y eso que al principio nos daba placer puede causarnos dolor sin que nos demos cuenta. Ejemplos tenemos miles: sexo, comida, drogas, etc..

Te invito a que pares. Reflexiones. Qué hay en tu vida, obsérvalo. 
Si tuvieras que aprender algo durante esta experiencia que estás viviendo, ¿qué sería?

Sea "positivo" o "negativo", intenta ser neutral, traspasa el velo de la dualidad y observa el aprendizaje que hay detrás. 

Eres el actor o actriz de la película de tu vida, pero también el director y el espectador. 

Bienvenid@ a la Unidad; al Equilibrio.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuidado con adulterarse

Muchos buscamos la sabiduría en los libros, en los templos o en maestros que vengan de una tierra lejana.

Pocos sabemos que esa sabiduría está al alcance de nuestras manos.

Cuando alguien habla de vivir presente, vivir consciente, atentos al ahora, pensamos que es algo que solamente seres que hayan meditado durante años puedan conseguirlo. O es típico de personas tranquilas, serenas, llenas de sabiduría.

Hoy, tuve la suerte de compartir tres horas con uno. Un ser que me enseñó a vivir el momento, estar atenta solamente de lo que pasaba en ese espacio, no pensé en nada más. No necesité ningún libro, simplemente me dejé llevar.

Este niño de 3 años fue mi maestro por el día de hoy. Estuvimos jugando, nada más y nada menos que eso. 3 horas sin mirar el teléfono, sin estar pendiente de nada más que de nuestro espacio y nuestro tiempo.

Hoy entendí porque admiro tanto a los niños. Seres capaces de crear un mundo de la nada. De llorar y reír en un lapso de tiempo tan corto que no existen rencores.

Muchos dicen que viven en un mundo de fantasía; me pregunto si la fantasía no la vivimos nosotros creando problemas en nuestra mente que en el 99% de los casos no ven la luz.

Lo único que me da pena es que nos esmeramos en programarlos, llenarles las cabecitas de cosas sin sentido, de miedos sin causa existente. Les transmitimos nuestras dudas, nuestros miedos, les cortamos las alas.

Queremos que sean tranquilos, que se queden en el sofá quietitos mirando la tele, que sigan nuestros horarios, que no se acostumbren a estar en brazos.

Y cuando son grandes, y han sido fieles al programa, nos preguntamos por qué son tímidos, por qué no salen de casa, por qué no se relacionan...

Si tienes la suerte de haber sido un niño, recuerda que feliz eras. Desprográmate y vive la vida como te gustaba!!

No te adulteres más



sábado, 13 de septiembre de 2014

Ejercicio 3: Toma consciencia de tu esencia

Toma consciencia de tí por un minuto.

Éste es un ejercicio que deberíamos practicar cada día, a cada hora. Pero, tranquilamente, empezaremos con un minuto al día.

Durante este minuto simplemente tomas consciencia de ti mismo. Obsérvate en conjunto, siente eso que da vida a tu cuerpo.
¿Dónde te encuentras? ¿En tu cabeza? ¿En tu corazón? o quizás, en ningún lado y en todos al mismo tiempo.

Simplemente observa, cómo te sientes, qué pensamientos pasan por tu mente, qué sensaciones te recorren.

Y, en relación a tu entorno. Ahora, ¿qué sientes?. ¿Encuentras la unión?

Seguramente encontrarás más cosas en común con todo lo que te rodea, con el resto de los seres vivos.

Siente esa similitud. No hace falta que le pongas nombre, simplemente disfrútala.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mi amiga la Muerte

La muerte, esa gran desconocida.
Temida por todos. Hablada por pocos.
Solemos relacionarla con tristeza, con pena, con dolor.
Sólo la recordamos cuando la vemos cerca, ya sea a por una enfermedad  nos aqueja o si le ha llegado el momento a un ser querido...

Pero pocos de nosotros recordamos que la muerte nos puede llegar en cualquier momento, en cualquier lugar; aunque estemos sanos, en un lugar seguro, y haciendo algo saludable.

Todos sabemos que llegará, pero nadie sabe cuándo.

Y, ¿de qué me sirve pensar en la muerte?

La muerte hace que vivas plenamente. Si sabes que el juego se puede acabar, intentarás divertirte mucho más ¿no?

Dejarás de darle importancia a cosas que no tienen. Ya no invertirás tu tiempo en tonterías. Tienes una vida que vivir y la quieres vivir al máximo.
No haces cosas que no te gustan, valoras cada momentos, cada segundo.
Admiras la belleza que te rodea.
Centras tu atención en todo aquello que te pueda aportar conocimiento útil. Y el resto, simplemente, lo desechas. No lo necesitas.

¿Para que gastar tu tiempo en cosas que no te aportan más que sufrimiento?. ¿Para qué invertir tu energía en posesiones que no sabes si podrás disfrutar?. Consigue lo justo y necesario, no te esclavices por tonterías.

Para muchos este puede ser un pensamiento de alguien que se conforma con poco. Que no tiene miras, que no quiere progresar.

Para otros, en cambio, puede ser un pensamiento de alguien realista. Que sabe perfectamente que va a morir y quiere vivir al máximo.

Deja de temerle a la muerte. Hazte su amigo. Es un proceso natural que no podrás evitar.

Sácale provecho a ese proceso y simplemente vive como si fueras a morir mañana.

Rompe esquemas. Libérate. Experimenta aquello que viniste a experimentar. Quítate el velo. Diviértete.

Cuando llegue la muerte alégrate por haber vivido la vida que querías.

martes, 9 de septiembre de 2014

¿Qué pasa cuando superas tus miedos?

Primero deberías de preguntarte de dónde vienen tus miedos, por qué están ahí y para qué te sirven.

Yo puedo responder la última: están ahí para protegerte. Aunque es una protección ilusoria. Si vieras lo que existe en realidad verías que no hay nada de qué protegerte. Porque no existe tal ataque.

Analízate, obsérvate. ¿De qué te escondes? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Realmente crees que tu casa, tus pertenencias te aportan seguridad?

¿De verdad sientes que tu trabajo te da seguridad? ¿Sientes que la permanencia es segura?

Nada de lo que ves es permanente, nada de lo que ves está estático.

Así que deja de dar el poder al exterior, si realmente quieres algo permanente busca en tu interior. Esa voz que siempre te acompaña, que vive en tí. Voz interior, intuición, llámala como quieras. Pero eso es lo más parecido a algo permanente que vas a ver.

Haz lo que verdaderamente sientas.
Confía en el resto de la humanidad, no ataques, ni te defiendas. Todos atacan y defienden ilusiones, nada de lo que defienden es defendible.

La paz llega cuando nos ponemos en el lugar del otro, y vemos que sus miedos lo han engañado, por eso se sentía indefenso y por eso atacó. Si hubiera escuchado a su voz interior se habría dado cuenta que no hay nada de que se pueda defender.

Un trozo de tierra? Posesiones? Cuando por fin la muerte llegue a nuestra vida, no habrá nada de eso. Habrás defendido durante tu vida algo que a la muerte no puedes llevar.

"Invierte solamente en aquello que un huracán no te pueda arrebatar"; en la bondad, la consciencia, tu despertar.

¿Qué pasa cuando superas tus miedos?

Ves la realidad tal cual es. Ves al resto de la humanidad como parte de un todo, del cual tu también formas parte. No sientes odio, ni enjuicias, ni atacas. Simplemente aceptas, amas, sientes la libertad del amor.

Todos somos uno. Escucha a tu voz interior. Vive tus experiencias, disfruta de tu vida, y cuándo la muerte llegue será un cambio más dentro de tu eternidad.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Ejercicio 2: Respiración consciente

"Yo no me sé relajar"
"Yo no tengo tiempo"
"Yo no puedo meditar"

Todos, alguna vez, hemos dicho algo así....

Lamento llevarte la contraria, no es verdad. Todo depende de lo mucho que quieras hacerlo. Y, sobretodo, de lo que entiendas por relajarte o meditar. Antes que pienses nada, te afirmo: no es dejar tu mente en blanco. Es, más bien, convertirte en el observador. Como si fueras el espectador de tu propia película mental.

Así que para los que quieran empezar, pero sin decir que meditan o se relajan, aquí va un primer paso...

Respiración consciente.

Durante un minuto al día, hazte consciente de tu respiración. Obsérvate. Seguramente tendrás "inconvenientes" para aguantar un minuto, registra cuales son. Sería ideal que apuntaras en una libretita qué es eso que no te deja ser consciente de tu respiración por un minuto.

Recuerda que eres el espectador, no intentes modificarla, aunque verás que solamente por observarla la modificarás.

Disfruta de este minuto. Y repítelo las veces que quieras. Este ejercicio puede ser muy beneficioso en momentos de tensión, puedes rebajar el nivel de nerviosismo solamente quitando el foco de tu atención del motivo del enfado, y centrarlo en tu respiración. 

La noche más oscura...

Había perdido el rumbo...
No sabía como había llegado hasta ahí.
Mirando atrás sólo veía confusión.
Me sentía derrotada, dolida, impotente.
Lloraba como una niña, desconsolada.
Mi mente no me ayudaba, no paraba de darme excusas para sentirme peor.
Era como si se retroalimentara de mi dolor. Venían a mi encuentro pensamientos y recuerdos dolorosos...

Hasta que, de repente, sentí ese "algo" que me abrazó. Fue una sensación diferente. Como si una energía limpia, pura, me rodeara.
No tenía brazos, pero yo sentía su presencia.
No hablaba pero logré escuchar su mensaje: "Despierta".
Realmente no se explicarlo, solamente se describirlo. Una palabra que resonó en lo más profundo de mi Ser. Venía desde mis adentros. "Despierta".
Me protegía, me llenaba. Nutría cada una de mis células.


Suavemente sequé mis lagrimas. Sonreí. Y, del mismo modo que ese ser se comunicó conmigo, yo le respondí: "Gracias".

No habían palabras, sólo gestos, intenciones.
No hay nombres, ni clasificaciones, simplemente sensaciones agradables. Puedes llamarlo como quieras, o simplemente puedes sentirlo.

Es algo que todos tenemos, que siempre está, pero sólo lo escuchamos cuando más lo necesitamos.

Dependiendo de tus creencias intentarás ponerle un nombre (Dios, ángel, ser de luz, espíritu, alucinación, inconsciente); ya que todo lo necesitamos representar con palabras. Pero, en tu interior, sabes perfectamente que las palabras no describen las sensaciones, son simplemente símbolos.

Te invito a que respires hondo, sientas como el aire llena tus pulmones, y en ese silencio que ha generado tu atención te sientas a ti mismo.

Escucha a tu interior, ahí está la respuesta. No pierdas tiempo buscando fuera, todo lo que quieres saber está dentro.

El momento más oscuro de la noche es justo antes del amanecer...
Buen viaje!

domingo, 7 de septiembre de 2014

La cura

Ésta es la historia de un hombre que tenía una enfermedad muy dura, e incurable, según decían los especialistas. Todo había empezado con un malestar general, pero se fue empeorando hasta convertirse en una enfermedad que no lo dejaba casi caminar.

Había visitado todo tipo de médicos, especialistas, curanderos, en búsqueda de la cura de su enfermedad. Probó cada uno de los remedios, ungüentos, y medicamentos que le dieron; pero ninguno funcionaba. Digamos que las molestias se le iban por un tiempo, pero luego volvían. Se sentía mal, sin fuerzas.

Hasta que un día tuvo un sueño. Soñó que existía un sabio que lo podía curar. Este sabio vivía en un bosque muy lejano (como casi todos los sabios); el cual él tenía que recorrer si quería curarse.

Después de valorar el esfuerzo; pensar en las posibilidades y dejar de pensar en todos los inconvenientes, decidió caminar, era su última oportunidad.

El camino era duro, debería llevar muy poca comida tendría que comer lo que el bosque le pudiera ofrecer. Tampoco podía utilizar ningún medio de transporte, así que simplemente caminó.

Con las dudas típicas de cualquier ser humano que deja su salud en manos de otro, solamente imaginaba qué le iba a decir.  Qué le haría tomar, recordaba cada uno de aquellos remedios que le hicieron probar, a cuál más asqueroso.

Sus pensamientos eran sus compañeros de viaje.

Hasta que un día llegó.... Golpeó la puerta de la casa, esta se abrió y entró.

En la casa estaba un señor mayor, cocinando, que nada más verlo sonrió de oreja a oreja. Le dió la bienvenida y le preguntó por su camino.

Admirado por la cantidad de arrugas del anciano y su felicidad, nuestro hombre simplemente sonrió y confió.

- He venido a que me de la cura a mi enfermedad.
- Lo siento, dijo el anciano, yo no tengo la cura.
- ¿Cómo? He recorrido un bosque entero, caminando durante días, he dejado mi casa para encontrarte ¿y me dices que no me puedes curar?
- Lo siento, solamente tú te puedes curar. Tienes la capacidad innata de curarte. Yo sólo podría guiarte, pero jamás curarte. Tú tienes la última palabra, tú decides.
- ¿Yo me puedo curar? ¿Cómo? Si ni sé como funciona mi cuerpo
- Comienza por observar. Observa tu día a día; tus hábitos, tus actividades cotidianas, en qué inviertes energía, qué comes, cómo piensas, a qué le tienes miedo, qué te gustaría realizar y no realizas. Escucha a tu cuerpo. Si lo que realizas te aporta felicidad, sigue haciéndolo, si, en cambio, te da malestar, deja de hacerlo.
- Pero eso es difícil
- Es difícil, pero no imposible. Recuerda que tu obligación es ser feliz, has venido a eso. Y si no lo eres te enfermarás. Así funciona, así de simple.
- Ser feliz, así de simple...

Continuará?

sábado, 6 de septiembre de 2014

¿Eres consciente?



Consciente: Que siente, piensa y actúa con conocimiento de lo que hace.


Ahora que ya sabemos qué significa, vuelvo a preguntar: ¿Somos conscientes?


Obviamente no. Digamos que la mayoría de nuestros actos no lo realizamos conscientemente. Ahora mismo, dónde tienes tus manos, tus pies, la postura de tu columna, no lo has "elegido conscientemente"; simplemente te has dejado llevar.


Ésta es una capacidad, el realizar cosas sin ser conscientes de ellas, que nos ayuda en el día a día.

Cuando algo es nuevo, algo que debemos que aprender, prestamos toda nuestra atención a ello; y una vez que ya está aprendido simplemente lo realizamos automáticamente.


Es un buen mecanismo. Ahorramos mucha energía de esta manera. Y, gracias a esto, también somos capaces de realizar varias cosas al mismo tiempo.


El problema aparece cuando todo lo realizamos de esta forma. Hay cosas, que hemos aprendido, que no son beneficiosas, pero que, aún así, las seguimos realizando.


Pensemos en un hábito no beneficioso, un vicio.




La primera vez que lo hicimos eramos conscientes, pero luego con la repetición fuimos automatizando este comportamiento.


Digamos que llega un día que queremos deshacernos de él, ya que nos damos cuenta de que no es bueno para nosotros; el único camino es volver a hacerlo consciente.


Pero, ¿cómo se hace?.


La primera herramienta es la observación. Observarnos cuando realizamos algo, llevar nuestra atención a el comportamiento, el momento en qué lo realizo, cómo me siento antes y después de realizarlo.


Esta observación, te llevará a la causa de este hábito, y qué está sustituyendo. Una vez que lo tengas, ya serás capaz de sustituirlo por algo que conscientemente sí quieras para ti.


Vivimos en una era de manipulación constante. Desde la comida que comemos, hasta la ropa que usamos, pasando por cómo caminamos, están "marcados". Digamos que el pensamiento es: "Si quieres ser aceptado por tu entorno, debes hacer esto; si no lo haces, serás excluido."


Visto así, parece una estupidez. Y, puede que pienses: "yo no me dejo llevar por lo que hacen los demás, ni por lo que me dice la publicidad".


Lamentablemente, el marketing es una ciencia bastante exacta, qué conoce nuestros mecanismos y nuestra forma de aprender. Y sabe perfectamente que por repetición aceptamos. Un ejemplo: imagina que vas al supermercado a comprar galletitas, tienes dinero suficiente para comprar la que quieras; ¿cuáles son tus criterios para escoger? ¿puede que "el que salga en la televisión" te influya positivamente?


Hoy en día, nuestra "felicidad" está marcada por personas que ni siquiera conocemos. Es como si alguien hubiera escrito un manual. Y, lo peor de todo es que nosotros sabemos perfectamente qué debemos hacer o ser para tener esa felicidad. Lamentablemente nuestro interior, muchas veces nos dice lo opuesto.


Así, que te invito a que traigas consciencia a tu vida, escuches a tu interior, observes tus comportamientos.


Y simplemente seas feliz a tu manera.




miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ejercicio 1: Vamos a observarnos


Observarse a uno mismo, es una tarea que no hacemos normalmente. A no ser que tengamos algún dolor, o algún defecto que no nos deja "vivir".

Tendemos siempre a observar lo que nos rodea. Catalogamos constantemente, distinguimos, diferenciamos, clasificamos formas, colores y sonidos. Pero te pregunto, ¿te has observado hoy? Si, a ti mism@. Completamente.

Es algo muy sencillo, pero que requerirá unos minutos. Es un ejercicio interesante, porque muchos de nosotros no nos conocemos.

Mientras sigues leyendo, te invito a que sientas tus pies. La postura que han adoptado, si tocan o no tocan el suelo. Seguidamente vas subiendo tu atención a las piernas; la temperatura que perciben. De ahí pasa a tu abdomen; observa sus movimientos. "Sube" con la inspiración y "baja" con la espiración. No intentes modificarlo, simplemente observa.

Tu pecho hace un movimiento similar, si prestas atención podrás sentir los latidos de tu corazón... ¿Lo sientes?

Y tu espalda, ¿qué postura tiene?, si no es la más cómoda, cámbiala.

Puedes sentir tus brazos, tus manos. A veces, cuando prestas atención parece como si un calor se apoderase de la zona a observar. Como si tu atención llevara calor consigo.

Tu rostro, tu cabeza descansan sobre tu cuello. Puedes moverlo para buscar una sensación agradable.

Esto es simplemente un recorrido. Puedes realizar este ejercicio antes de acostarte, o en cualquier momento que quieras "parar" del mundo exterior. El tiempo en cada zona lo escoges tú.

Disfruta de las sensaciones. Disfruta de ti mismo.

Si quieres compartir tu experiencia, ya sabes ;)



martes, 2 de septiembre de 2014

Despertando

Despierta!

¿Qué significa esto?

Simplemente que centres tu atención en aquello que es importante: tú y tu entorno.
Hoy por hoy, puedes distraerte, evadirte siempre que quieras. Vivimos sobre estimulados, sobre excitados. Todo llama nuestra atención. Y, estamos tan acostumbrados, que si por un momento tenemos que estar en silencio, sin atracciones, nos las creamos nosotros. Vemos horas de televisión, el teléfono es nuestro compañero fiel, internet es la herramienta indispensable.

Pero, nada de esto, nos ayuda a despertar. Centramos nuestra atención en realidades virtuales constantemente. Y eso no hace más que alejarnos de la verdadera.

Tienes una realidad 3D que te rodea, y no le prestas atención; prefieres una simulación. Te dejas asombrar por colores y formas, y a los originales, los que están en la naturaleza no les prestas atención.

¿Cuándo fue la última vez que saliste a la calle y observaste qué ocurre de verdad? 

Te invito a que descubras tu entorno, descubras el milagro de tu vida...Despierta...

Descifrando el mensaje...

Estamos acostumbrados a ver las molestias, los dolores, los sintomas, las enfermedades como enemigos.

Normalmente somos la víctima de algo cruel que nos ataca. Algo, normalmente, externo, que nos maltrata sin miramientos. Y el cual no podemos controlar.

Te voy a invitar a verlo desde otro punto de vista....

Imagínate, por un segundo, que ese malestar es un mensaje. Un mensaje que te envía tu cuerpo, tu parte mas inconsciente, esa parte que te es desconocida pero que, en cambio, a ti te conoce muy bien.

Un mensaje claro y preciso. Algo que aparece en el momento justo, para expresarte algo.

Este primer mensaje, si es leído, y uno se moviliza para llevar a cabo el cambio, en un breve período de tiempo se va. 

En cambio si lo silenciamos (con cualquier medicina que se nos ocurra, tanto natural o sintética) este mensaje volverá a aparecer más tarde. 

Esta segunda vez lo hará más intensamente, será persistente e intentará que no lo silencies. 

El mensaje ha de ser entregado...

El libre albedrío existe y puedes elegir seguir silenciando sin cambiar eso que tanto daño te hace, es tu elección.

Pero ahora que ya tienes otra perspectiva, te invito a que hables con tu cuerpo. Le preguntes que ha causado esa molestia, ese dolor.

Puede que al principio no recibas nada, ya que estamos bastante programados para no escuchar; pero si logras encontrar un lugar silencioso, tranquilo y centras tu atención en el síntoma, lograrás descifrar el mensaje...

Poco a poco irán apareciendo personas, situaciones, que te ayudarán a encontrar la respuesta.

Dejarás de ser la víctima, pasarás a ser el responsable de tu vida. 

¿Estás preparad@?

Bienvenid@ a la instrospección ☺️

lunes, 1 de septiembre de 2014

Problemas y soluciones

Te invito a pensar en un problema que tengas. Ese que tanto te agobia.
Notas cuánto te molesta. Es increíble que tuvieras que pasar por eso, o que tengas que volver a pasarlo.

Ahora, te pregunto, este problema ¿lo tienes ahora? Quiero decir, ¿está pasando en este momento, mientras lees, mientras estás sentado?... O ¿es algo que puede pasar, o que ya pasó?

Entonces, ahora mismo, este problema está en tu mente ¿no?

Digamos que te estás pre-ocupando. Tu mente se está ocupando de algo que todavía no sabemos si va a pasar seguramente. Puede que pase, o puede que no.

Lo que si es seguro, que esta pre-ocupación te está generando un estado de molestia, angustia, te consume. Parece que cuanto más lo piensas más te agota.

Te propongo que le quites atención a este problema y recuerdes algún problema similar pero del pasado. Algo que pensabas que era imposible de superar o resolver, pero simplemente lo hiciste. Si estás aquí, vivo es porque encontraste una solución, ¿no?

Recuerda ese momento, recuerda que te generaba la misma molestia.... Ahora, avanza en el tiempo y simplemente piensa en el momento que se solucionó. Puedes notar esa sensación de alivio, de tranquilidad, puedes sentir como ese gran peso se va.

Pues, esta es la sensación que debes generar cuando aparezca un nuevo problema.

Ya lo decía Einstein: "No podemos resolver  problemas pensando de la misma manera que cuando lo creamos."




Creador de tu vida

¿Quién eres?

No estoy preguntando tu nombre, ni tu edad, ni tu sexo, ni tu raza, ni dónde vives. Tampoco quiero saber que haces, ni a qué te dedicas. Nada de esto te define al 100%.

Sólo te pregunto quién eres.
Puede que te venga una respuesta, o un simple "nose", pero por lo menos lo has pensado. Has buscado. Has generado un pensamiento que busca aquello que eres; puede que de aquí un rato lo hayas olvidado, ya que esta pregunta es bastante molesta.

Si te sirve de ayuda, te digo que eres aquello que aceptas como verdad.

Si crees que eres buena persona, lo eres.
Si en cambio, crees que eres un fracasado, lo eres.

Aunque ninguna de estas cosas sea verdad, para ti lo es, y en eso te conviertes.

Recuerda, antes de aceptar algo como verdadero, puedes utilizar el poder del discernimiento. Discernir podría decirse que es "cuestionar", valorar si algo es verdad. No aceptar por aceptar.

Si observamos nuestro comportamiento; podríamos ver que es un conjunto de acciones que responden a patrones adquiridos anteriormente. Como nos relacionamos con el medio, con los demás seres.

Al comienzo de nuestra vida, aceptamos verdades que ahora nos guían. Algunas de estas verdades nos "sirven", son positivas. Pero hay otras que nos limitan.

Has aceptado cómo vestirte, qué comer, en qué gastar tu dinero, en qué trabajar; pero, a día de hoy ¿eres feliz?

Tu puedes "reprogramarte". Romper patrones que ya no te ayudan.

Eres el creador de tu vida, de tu realidad.
Simplemente tienes que prestarte atención, observarte, detectar que realizas automáticamente y qué podrías cambiar.

No te "dejes llevar" por pensamientos que has aceptado por inercia. Cuestiona tus creencias, tus hábitos. Acepta los que te ayudan a evolucionar y desecha los que te limitan.

¿Quién eres de verdad?

Namasté