viernes, 11 de septiembre de 2015

Cuestión; del latín "quaestio", acción de buscar.....


Cuestiona, ....
Cuestiónate, cuestiona tus principios, cuestiona tus valores....

Sin miedo; cuestionar no es malo, te ayuda a tomar consciencia, a estar presente.
Cuestionarte te permite cambiar aquello que no te gusta. Te permite renovarte.

Te ayuda a reposicionarte. Es una herramienta mágica, es un mando que cambia tu punto de vista. Te lleva a un lugar neutro, donde todo está permitido. Los límites sólo son límites si los aceptas.

Por ejemplo, hoy me propuse cuestionar las canciones que escuchaba de pequeña... Me dí cuenta que todas me indicaban cómo me debía comportar para ser aceptada. Las de adolescentes me ayudaban a posicionarme como "mujer"... Esa mujer que le falta su otra mitad, que ha de esperar y portarse bien para que llegue. Ha de ser respetuosa, ordenada, responsable y madre.
¿En serio?
Nunca las había cuestionado, simplemente las escuchaba, las cantaba y aceptaba mi lugar.

A partir de ahora, ¿qué?

Pues, cuestiono mi presente. ¿Estoy dónde quiero estar? ¿No? ¿Basándome en qué? ¿En lo que aprendí? Pues allá voy a cuestionarlo.

Cuestionar es desmenuzar una idea, compararla, buscarle el sentido.... Llegar a su inicio, un simple punto, un punto de vista de alguien....
Y así como Spinoza explica que dar atributos humanos a Dios es cómo si un triángulo dijera que Dios es eminentemente triangular; la persona que generó la idea (esa que hoy nos limita) intentaba simplemente explicar su realidad, basándose en su pasado, en sus estructuras mentales, en su paradigma.

No aceptes todo a la primera, ni siquiera este texto, cuestiónalo!
Cuestióname
Cuestiónate.